Esa PONENCIA MARCO, absolutamente infumable en cuanto que plantea propuestas claramente antagonica con los postulados de libertad e igualdad, fue comentada en otra de nuestras entradas (ponencia marco).
Dado el volumen de material enviado hemos decidido segmentarlo en varios posts. Aqui el 1º:
Ponencia Marco del PSC
para el
congreso de 2016
Unos comentarios
crítico-constructivos
1. INTRODUCCIÓN
Hemos leído con atención el texto del
documento denominado Ponencia-marco del XXIII congreso del PSC . Después de la
lectura hemos considerado necesario realizar un análisis crítico de su
contenido y efectuar un trabajo de interpretación y valoración de los
planteamientos allí recogidos. En los momentos tan complicados que se viven en
Cataluña y el resto de España es de gran utilidad las aportaciones que ayuden a
clarificar elementos conceptuales nacionalistas que, de una forma implícita o
explícita se están transmitiendo.
Como gentes de izquierda consideramos que los
viejos ideales de libertad, y de igualdad son la piedra angular sobre la que edificar
una sociedad que se dote de un Estado de derecho que garantice los derechos
vinculados a estos principios básicos. Sabiendo que sin igualdad no es posible
la libertad, y que sin libertad es imposible la igualdad y conscientes que solo
nuestro compromiso cotidiano en la mejora de nuestro entorno social, hemos de
exigir democracia real, transparencia
para evitar la corrupción, mejores sistemas de distribución de rentas para
garantizar el acceso a los servicios básicos de sanidad, educación.
No
es posible construir un Estado de derecho que nos proporcione libertad e
igualdad si se construye en base a identidades culturales. Las sociedades
modernas son culturalmente plurales pero
el uso de las identidades culturales como arma política solo es útil a las
oligarquías locales en cuanto que plantea un elemento de identificación que
borra las diferencias de clases por un lado, y la ciudadanía crítica por otro.
Transcribimos el texto con notas críticas
añadidas por nosotros y desarrollados en el recuadro
2. PONENCIA MARCO
1 :
TIEMPOS DE CRISIS
El Partit dels Socialistes de Catalunya se propone, con este
XIII Congreso, encauzar la vía de salida de la etapa más dura y difícil que le
ha tocado vivir en democracia, en la que ha sido sacudido por los impactos internos (1) y externos (2) de
una crisis que denota grandes disfunciones y carencias de nuestro sistema
político (3).
(1) Es preciso recordar que la crisis interna se produjo a
partir de la deriva nacionalista de la dirección. En primer lugar dió lugar a
una salida de cuadros y militantes, muchos d ellos cuales fueron a
Ciudadanos. Una parte cualitativamente importante de cargos electos del PSC
decidieron contemporizar con las
políticas nacionalistas impulsadas por Más, el hombre que meses antes había
tenido que llegar en helicóptero al Parlament ante la ira popular por la
política de recortes. Que los cargos electos se fueran, precisamente a
organizaciones nacionalistas, nos debería dar una idea del criterio de
selección interno del Partido a la hora de decidir la composición de sus
listas electorales, en cuanto que refleja el divorcio existente entre los que
detentan el control del Partido, la base militante y, sobre todo, los
votantes del Partido.
(2) Es obligado recordar que el factor crisis económica, como
factor externo, es uno, pero que el momento de la fuerte crisis para el PSC
vino precisamente cuando el mundo nacionalistas acelero maquinas e inicio un
proceso de secesión que pretendía romper con la legalidad vigente. Y la
crisis interna del PSC vino de ese elemento externo que actuó de catalizador
para que algunos dirigentes de la organización, con gran peso, decidieran
forzar la realidad interna.
(3) Evidentemente el sistema político tiene
muchas carencias y disfunciones, la clave de bóveda de ese problema dependerá
del análisis que se puede efectuar. La lectura nacionalista precisamente
habla que el problema radica en un desencaje de Cataluña en España. Habla de
realidades diferentes, España-Cataluña. Habla de un déficit fiscal que exige
una reorientación que garantice ordinalidad. Pero el PSC no es nacionalista
¿Por qué utiliza conceptos nacionalistas?
¿Que
análisis se realiza desde la
izquierda?, La izquierda, el PSC, debería plantearse como poder profundizar
políticas de redistribución que no hagan caer el peso de la crisis en los
trabajadores. Debería potenciar en la política igualdad entre todos los ciudadanos de este
Estado de derecho que es España en lugar de formular divisiones que acaban
facilitando que se avance en la desigualdad. Sabemos que intereses piden que
se profundice en crear diferentes realidades,
y sabemos las consecuencias que tiene para las clases populares.
En definitiva, el análisis ha de realizarse
a partir de lo que ha sido el leitmotiv de la izquierda: la construcción de un
espacio político que garantice derechos y libertades.
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Una crisis
que es, en buena parte, la crisis de la política que afecta a todas las
sociedades democráticas de nuestro entorno(1). La crisis del modelo democrático
meramente representativo, ante una ciudadanía cada vez más informada y más
madura, con una creciente exigencia de participación y de corresponsabilidad.
Incrementada por la crisis de confianza generada por la ignominia de la
corrupción, que hace a la vez una exigencia exasperada de desinfección y
de transparencia.
(1) Un análisis que no nos puede hacer olvidar que lo que está
ocurriendo en el resto de sociedades europeas, dentro de un proceso de
regresión respecto a las libertades y a la igualdad. En un proceso constante
de acumulación capitalista a costa de rentas de trabajo, todo en un proceso
de construcción europea que se sitúa al margen de la capacidad de decisión y
de los intereses de los ciudadanos europeos. Los dirigentes de la Unión
Europea aplican una política neoliberal que están recortando los derechos
sociales en sus respectivos Estados. Todo en un proceso en el que la falta de
transparencia y de legitimidad democrática son los sellos de marca, con la
corrupción como telón de fondo.
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Y que es también, muy especialmente, la crisis del
Estado democrático frente a la globalización de la economía y las finanzas y,
con ella, la crisis de las políticas socialdemócratas, hechas a la medida de
unos Estados que quedan por debajo de los flujos globales, impotentes para
incidir y embridar los excesos( 1). Situación que denota la ausencia y la
necesidad urgente de implantar, a escala europea y a escala global(2), el
modelo socialdemócrata que se había implantado con éxito en el ámbito de los
viejos Estados europeos: el modelo, hoy en riesgo, del Estado del Bienestar.
(1) Este reconocimiento de que los Estados son impotentes
para poder superar los excesos, es clave para explicar precisamente algunos
de los puntos que paradójicamente se plantean en el conjunto de la ponencia
marco. Si se acepta que los Estados no tienen suficiente fuerza entonces se
debería concluir que es necesario aglutinar a los ciudadanos en entes de
mayor tamaño porque es la única manera de superar el poder de las grandes
estructuras capitalistas
(2) Se acepta la necesidad de que se actúe
globalmente y resulta sorprendente la constante tendencia de pensar siempre
en términos de construir una nación, en una posición localista que no es ni
tan siquiera una mala lectura del principio de subsidiaridad, sino que es una
consecuencia de las tesis de la ideologica nacionalista.
Es paradójico que se
acepte esa globalidad, no solo la globalidad europea, y constantemente se
esté resistiendo a aceptar lo que supone España, que es una realidad política
ya construida y sobre la que los trabajadores podemos organizarnos para
mejorar nuestras condiciones de vida, profundizar en nuestros derechos,
mejorar en nuestras libertades.
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Más aún. Se trata también, en
nuestro caso, de la crisis del Estado autonómico como vía para articular la relación entre Cataluña y España(1). La sentencia contra el Estatut(2), sumada al escamoteo de las “nacionalidades”(3) constitucionales y a la insuficiencia y la percepción de
opacidad y falta de equidad del actual modelo de financiación y de inversión
del Estado en Cataluña(4),
así como la suma de despropósitos del gobierno del PP, han provocado en nuestro
país un gran movimiento de afirmación nacional y de rechazo del actual modelo
de relación con el resto de España(5).
Un movimiento que ha sido parasitado por la operación de refundación de CDC,
mediante la impostura independentista, y que reclama con urgencia una auténtica
estrategia nacional que lo saque del callejón sin salida en que se encuentra y
que le abra una perspectiva innovadora y viable.
(1) ¿De donde sacan que
la crisis del estado autonomico es causado por la incapacidad de encontrar un
modo de articular la relacíon de Cataluña y España? Esa afirmación tan común
en los partidos nacionalistas resulta extraña en la medida que ya no están
aquellos elementos que pedían una aceptación firme del PSC del programa que
llevaría a la secesión.
Hablar de crisis del
estado autonómico desde una óptica socialista debería exigir hablar de las
tendencias lombardas inscritas en las tesis del déficit fiscal; del problema
del calculo del CUPO vasco por las desigualdades entre ciudadanos que genera;
hablar de las dificultades para el movimiento de trabajadores que implican
las legislaciones lingüísticas restrictivas; hablar de recentralizar la
administración sanitaria como una manera de facilitar una igualdad en los
servicios médicos a la población ( eso redundaría en una mejora, al modo de
cómo esta funcionando el sistema de trasplantes ); hablar del principio de
subsidiaridad como vía que mejore el funcionamiento, ayude a la participación
ciudadana; hablar de introducir medidas que evite la formación de intereses
puramente locales para las diferentes élites económicas y políticas
autonómicas.
NOTA: En un lenguaje
menos nacionalista y basado en la realidad internacionalmente reconocida,
seria más adecuado hablar del resto de España.
(2) La sentencia del
Estatut, espantajo habitual del mundo nacionalista, no debería ser utilizado
por un partido de izquierdas que proclama la primacía del ESTADO DE DERECHO y
de la legalidad. En un Estado de Derecho jamás la izquierda puede poner en
duda que una sentencia de un ente como el Tribunal constitucional no es parte
de las reglas del juego que todos deberíamos aceptar. ¿Qué es lo que nos
enseña esa sentencia? Esa sentencia nos indica que antes de pasar a
referéndum un Estatuto debe pedirse primero la opinión al Constitucional y
nunca al revés… Evidentemente eso es un disfunción que exigiría una
adaptación del Estatut, algo que los socialistas deberían abanderar. Hay que
aclarar que el Estatut que se presento ha sido aceptado en su mayoría de
articulado, y solo algunos capítulos han sido afectados por la sentencia del
TC. Pero ,podríamos ir más lejos y
plantearnos que necesidad había que un gobierno de izquierdas con mayoría del
PSC elaborase una nueva propuesta de Estatut cuyo artículo fundamental es
definir a Cataluña como sujeto soberano, afirmación claramente
inconstitucional.
(3) Decir que se escamotean “las
nacionalidades” , es evidentemente una falta de respeto a la realidad, en un
momento en el que el poder político catalán practica unas políticas
culturales prácticamente separadas de las del resto de España, sobre todo en
el terreno lingüístico. Es otro dogma que viene del mundo nacionalista.
(4) Hablar de
insuficiencia, termino objetivable, junto a percepción, termino subjetivo, en
un documento político, es confuso. Es evidente que la insuficiencia de
financiación e inversión es común a todas las administraciones. Los
socialistas catalanes han de actuar con el conjunto del socialismo en España
para clarificar las necesidades de la ciudadanía y efectuar una distribución
de recursos públicos acordes. Mirando solo una parte del territorio se
traiciona el carácter universalista del socialismo. Y en el marco del
socialismo español deberíamos colaborar con el resto de fuerzas de izquierda
europeas con miras a controlar la política de financiación e inversión que está realizando la Comisión en el ámbito de la Unión.
(5) Hablar de un gran
movimiento de reafirmación nacional sin recordar aquí el papel jugado por los medios de
comunicación públicos, con un importante uso de propaganda política es ocultar parte de la realidad, ya que
resulta necesario para explicar lo que finalmente paso con el “éxito” de
convocatoria de la movilización “nacionalista”. Sin esa propaganda constante
y reiterada en los medios de comunicación públicos y privados (programas
monotemáticos de TV3 fueron constante y machaconamente publicados en las
televisiones de los hogares catalanes).
Hay que recordar que
las subvenciones a los medios privados han sido considerables, y no es
difícil sacar la conclusión de que hay una relación entre esa subvención y el
mensaje que los medios transmitían de cara a agitar a la población, como no
es difícil concluir que se consiguieron esas cifras de manifestantes (cifras
que evidentemente fueros magnificadas por el mundo nacionalista) gracias a
esa labor de propaganda pagada con dinero de todos.
El hecho de que a esas
manifestaciones se haya dedicado dinero publico directamente o indirectamente
explicaría en que grado se ha fabricado el problema.
Los socialistas
deberían analizar más profundamente el mapa político territorial para
entender cual ha sido la presencia de población en las citadas
manifestaciones nacionalistas….
En definitiva ha sido
un fenómeno nacionalista fabricado por el poder político que ha gastado
ingentes cantidades de recursos públicos en ello.
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Y, como consecuencia de todo ello, se trata también de
la crisis del proyecto estratégico del socialismo catalán, en su voluntad para
conducir Cataluña hacia nuevos escenarios de progreso, hacia posiciones
avanzadas y de nuevo pioneras, y para articular la mayoría social y electoral
que lo hará posible. Porque, si Cataluña ha pervivido a contracorriente de los
sucesivos intentos de reprimirla y de asimilarla y si ha mantenido alta su
capacidad integradora y su unidad nacional, ha sido porque ha sobresalido en
espíritu innovador, porque su posición adelantada ha generado proyectos
colectivos con los que la pluralidad de su ciudadanía se ha podido sentir
identificada y hermanada.(1)
Desde la izquierda
deberíamos hablar de que lo que se ha intentado reprimir ha sido las ansias
de libertad y de mejora de las clases populares en unos momentos en los que
los servicios básicos se han degradado enormemente -cierre de quirófanos y
camas hospitalarias, presencia de barracones escolares y no substitución de
profesorado en ILT.. etc-. Unos momentos en los que ha aumentado el paro y
las prestaciones a los desocupados, en que muchas familias han sido
expulsadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca o el alquiler...
Ahora bien si hemos de
hablar de que tras casi 40 años de sistema autonómico se siga utilizando el
lenguaje victimista respecto a elementos simbólicos que son tradicionalmente
territorio del nacionalismo es que en algo nos estamos equivocando. Quizás
eso nos indica que parte de la crisis del socialismo catalán viene
precisamente por esa percepción del votante de coincidencias de intereses con
el mundo nacionalista, de derechas o de izquierdas (algo sorprendente..
¿nacionalismo de izquierdas?).
Tras casi 40 años de
políticas nacionalistas, cuando en cualquier espacio público dependiente de
las administraciones catalanas (Generalitat, Diputaciones, Ayuntamientos….)
esta ocupado por elementos simbólicos procedentes del ámbito nacionalista,
con una presencia casi única de la lengua catalana, y con una lengua
castellana o española referida exclusivamente al ámbito privado, hablar de
intentos de reprimir y de asimilar una entidad –que no lo mencionan pero en
Cataluña es una referencia constante a “La Nación catalana”- es meterse de lleno en el mundo
reaccionario del nacionalismo, Además que visto lo sucedido en todos estos
años habría que concluir que esa “Nación” no solo no es reprimida y asimilada
sino todo lo contrario.
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2 : POR UN “NUEVO INICIO” DEL
SOCIALISMO CATALÁN
Por estas razones, para superar las diversas crisis que afectan hoy
nuestro país, el PSC se dispone a repensar y reformar sus políticas, a
repensarse y reformarse a sí mismo. Lo que no es ninguna novedad. El socialismo
democrático, la causa más vieja de todas las causas, heredera de los sucesivos
movimientos de la humanidad por la libertad y la justicia, ha tenido que
empezar de nuevo, de emprender “nuevos inicios” (en palabras de Willy Brandt),
en muchas otras ocasiones. Y ha sabido hacerlo, ha sabido pulsar la tecla
“Reiniciar” sin miedos conservadores, con generosidad, con altura de miras,
superando vicios, inercias y humanas tacañerías, consiguiendo ser siempre la
causa más joven y más innovadora. Esto ha sido posible gracias a la naturaleza
antidogmática(1) de sus valores y de su manera de hacer, gracias a la capacidad
de revisar planteamientos y de adaptarse a las nuevas necesidades, gracias a la
condición no dogmática de sus convicciones.
—Ha sido así desde el socialismo “icariano” de la primera mitad del XIX,
—pasando por el auge del movimiento obrero y la creación de los grandes
partidos socialistas en la Europa de finales del XIX; en Cataluña, con Les Tres
Classes de Vapor, la UGT y la Federación Catalana del
—PSOE y con la ulterior creación de la Unió Socialista de Catalunya
(USC),
—por la oposición a la deriva leninista o comunista y por un compromiso
permanente con la causa de la libertad;
—por el intento de confluir con parte del movimiento libertario hacia la
creación de un gran partido laborista catalán, frustrado por el asesinato de
Salvador Seguí y de Francesc Layret a manos de los pistoleros de la patronal;
—por la creación del POUM, con su valiente y trágica denuncia del
estalinismo;
—por el ensayo frustrado de reencuentro en el marco del PSUC, en 1936;
—por la creación del Moviment Socialista de Catalunya (MSC), en 1945, a
partir del POUM;
—por proceso de unidad del socialismo catalán, a partir de 1974, iniciado
con el proceso de Convergència Socialista de Catalunya y del PSC-Congrés y que
culminaría conjuntamente con la Federación Catalana del PSOE en la candidatura
“Socialistes de Catalunya” del año 1977 y el Congrés de la Unitat Socialista en
1978, que llegaría el PSC-Congrés, la Federación(2) Catalana del PSOE (en la
que había confluido el PSP Català) y el PSC-Reagrupament; que, con la victoria
de 1977, haría ineludible el retorno de la Generalitat exiliada; y que se
convertiría en la garantía de la unidad civil de nuestro pueblo(3) contra todo
intento “lerrouxista”: “Unidad socialista, fuerza del pueblo”, “Somos y seremos
un solo pueblo”.
—por la labor que desarrollaría, durante años, consiguiendo la
regeneración y dinamización de las villas y ciudades de Cataluña, con la
culminación de 1992, que instauraría internacionalmente el “modelo Barcelona” y
que, en ese momento, situaría en la retina del mundo la Cataluña abierta y
avanzada que queremos.
(1) Si hablamos de
antidogmatismo deberíamos cuestionar gran parte del discurso de esta mismo
ponencia marco, dado que nos presenta una serie considerable de
elementos procedentes del ideario
reaccionario del nacionalismo.
(2) Muchos socialistas
no estarían de acuerdo en la forma en que se presenta este desarrollo del
partido, en cuanto que omite información. Es necesario una exposición
histórica que recoja otras sensibilidades del socialismo español en general y
catalán en particular. En la distancia muchos socialistas ven un gran error
del PSOE ceder al nacionalismo socialista, ese espacio social y electoral. El
resto de fuerzas que confluyeron con la Federación Catalana del PSOE eran
electoralmente testimoniales. El voto que se jugaba en ese momento era el
proveniente de los diferentes cinturones obreros, que querían votar PSOE. Los
dirigentes del PSC-PSOE les decían que
votarles a ellos era votar al PSOE, aunque el tiempo ha verificado lo
contrario, porque han acabado finalmente en el espacios ideológico del
nacionalismo. Los Maragall, los Serra. los Nadal cuando hablaban de catalanismo, sin duda,
se referían a nacionalismo. Los líderes del la F.C.PSOE fueron desapareciendo
a favor de los provenientes de los sectores del nacionalismo-catalanismo
socialista. La aplicación de filtros simbólicos, que se introdujeron a partir
de la propia definición de catalanismo, fueron substituyendo las personas,
provenientes del mundo obrero en su mayoría, por otras que, con una mayor
formación, cumplían con los requisitos de catalanidad exigidos.
(3) Unidad de nuestro pueblo solo es
comprensible si implica la aceptación de la pluralidad cultural que compone
ese pueblo. Cualquier análisis de lo que es Cataluña debería pasar por
aceptar el principio de que es el conjunto de sus ciudadanos y no una entidad
uniforme. No puede aceptarse que se pretenda una adaptación a un determinado
modelo alegando razones históricas. La historia no legitima las acciones que
se desarrollen en el presente, esas acciones deben legitimarse por si mismas
desde postulados democráticos. En definitiva, la historia solo nos explica
cómo se llega a una determinada situación y es partir de ella cuando
decidimos si queremos mantener o cambiar lo que nos viene dado.
(4) A lo largo de esta
ponencia ya vamos viendo que la confusión entre nacionalismo y catalanismo es
constante. Se llega a la conclusión que cuando algunos hablan de catalanismo
es para evitar presentarse ante el PSOE y ante su electorado como una
organización que propugna similares puntos a los que caracteriza a los
partidos de ideología nacionalista. El termino catalanista así definido se convierte
en una cortina de humo para seguir ocupando un espacio que ideológicamente no
les corresponde.
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—por la participación en el gobierno socialista español, con el
despliegue del Estado del Bienestar, la incorporación en Europa y la
consolidación democrática;
—y por el gobierno catalanista y de izquierdas a partir de 2003, con su
“catalanismo social”(4)
y la reforma del Estatut, saboteado después por la derecha española.
Ha llegado
la hora de volver a reinventarnos. De tener de nuevo la inteligencia, la
audacia y la generosidad de replantear nuestra estrategia y la naturaleza del
propio instrumento-partido, para ser fieles a nuestros principios socialistas y
a la razón de ser del socialismo catalán: gobernar Cataluña para hacerlo
avanzar hacia nuevas cotas de libertad y de justicia, de igualdad, de dignidad
humana, de prosperidad, de seguridad, de realización
nacional, de solidaridad, de europeísmo, de cooperación internacional.
Insistimos que en un
partido de izquierda hablar de realización nacional es someterse a un
discurso que no le es propio. Cataluña es una sociedad plural, bilingüe y con
identidades culturales diversas y complejas. En ese contexto hablar de
realización nacional es mentar propuestas nacionalistas y aquellos elementos
que invalidan precisamente el deseo de mayores cotas de libertad, justicia,
igualdad, dignidad….
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