miércoles, 11 de enero de 2017

A LOS COMPAÑEROS DEL PSOE

A los compañeros del PSOE

El PSOE no existe en Cataluña. El PSOE cede su presencia a favor de otro partido, el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), que dice participar de los mismos objetivos, algo que ya se ha constatado que no es cierto, el PSC se ha convertido en un problema para los socialistas de toda España. También para los socialistas que vivimos en Cataluña, porque impide que el PSOE este en Cataluña y no ha hecho otra cosa que servir a los intereses del nacionalismo dominante.

En su  último Congreso, el PSC declaraba que Cataluña era una nación. En el resto de España pueden considerar esa declaración como una curiosidad, una anécdota, sin embargo en el contexto catalán, y en la historia, es bien conocida que significa esa afirmación, por las consecuencias letales que ha tenido para los intereses de las clases populares, esas clases que votan PSC,  porque creen que son el PSOE en Cataluña, para constatar a continuación como utilizan su voto para aplicar las políticas étnicas, de reconstrucción nacional les llaman, que tantas consecuencias están trayendo para esos votantes socialistas y para la unidad de los trabajadores de toda España.  Resulta sorprendente que añadan después de su Congreso que el hecho de considerar Cataluña una nación es algo meramente cultural, cuando en esta Comunidad es sabido, por Izeta y por toda la cúpula del PSC, que es el termino que acompaña siempre a un conjunto de consecuencias políticas, es la fuente que justifica lo que ellos denominan “su soberanía”.

Ha sido tradicional en el PSC este uso constante de cortinas de humo para defender posiciones ideológicas incompatibles con los ideales de libertad e igualdad que defiende el socialismo, que defiende el PSOE. De hecho ha sido una constante en el papel asignado al PSC en el escenario catalán, el uso de eufemismos para ocultar los posicionamientos etnicistas intrínsecos a su concepto nación. En Cataluña el PSC ha impedido que entrase el PSOE y con ello se ha librado de los obreros “charnegos” que predominaban en los años en los que se firmo el acuerdo PSC-PSOE. Controlar a los votantes PSOE de los cinturones obreros de las ciudades catalanas ha sido clave para explicar cómo se ha llegado a la actual situación.

REFUNDACIÓN SOCIALISTA es una organización que desde hace años viene reivindicando la necesaria recuperación de la FEDERACION SOCIALISTA CATALANA, y no estamos solos, somos conscientes de que hay muchos ciudadanos que individualmente o agrupados en colectivos, plataformas, etc.  buscan alcanzar el mismo objetivo. Os pedimos que terminéis con esa historia de un desencuentro constatado entre lo que los dirigentes “catalanistas” defienden y lo que el socialismo busca conseguir en Cataluña y en el resto de España.
Las crisis que se han producido entre el PSOE y el PSC se han cerrado tradicionalmente en falso y eso es dejar una puerta abierta a una situación de gangrena. Es necesario que el PSOE entre en Cataluña, que de voz real a los que han tenido que votar por delegación al PSC. Sería el punto de partida para recuperar voto socialista perdido o que se abstiene. Nada impide que después lleguemos a hablar con lo que quede del PSC como partido –un amplio sector de la actual militancia del PSC formaría parte de un PSOE-CAT-, si el PSC, como otras fuerzas, defendiese los objetivos socialistas.

Hay que construir los puentes que el nacionalismo ha dañado durante cuarenta años de hegemonía en Cataluña, y el PSC es el  mayor obstáculo para que se reparen los daños causados. Es el mundo que controla al PSC, el mundo nacionalista-catalanista, el que ha cortado los puentes con el socialismo español. Y lo hace subido a lomos del acuerdo que permitió una relación confederal con el PSOE y que en el colmo de ambición pretende trasladar a la forma de relación de Cataluña con el resto de España. El PSC exige disciplina de voto en el seno de su organización mientras lo cuestiona en el seno del PSOE. Es una proyección del modo de relación que desean asignar a España-Cataluña.

Los ciudadanos españoles que desean afiliarse al Partido Socialista Obrero Español ahora lo pueden hacer via internet. Si lo intentáis veréis que es posible hacerlo desde todas las provincias españolas excepto desde las cuatro provincias catalanas. Los que vivimos en Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona no podemos hacerlo. Ya es hora de que eso cambie.

Por un PSOE-Cataluña



miércoles, 12 de octubre de 2016

UN NUEVO MANIFIESTO

Nos ha llegado a REFUNDACIÓN SOCIALISTA un manifiesto que esta solicitando lo mismo que desde nuestra Asociación se ha solicitado publicamente al PSOE. Lo mismo que se solicito desde otras iniciativas... Es un indicativo de la ebullición existente entre los socialistas que vivimos en Cataluña.
El Partido Socialista Obrero Español debería dar un paso. Una y otra vez ha sido tocado por los movimientos hostiles del PSC. Una y otra vez ha visto como desde Cataluña cada vez más gente pide que se clarifique la situación en esta parte de la unidad politica que es España. Ahora además se une este nuevo giro formal hacia el nacionalismo, ahora se hace más necesario que se clarifique de donde vienen los votos que recibe el PSC.

Os pasamos el texto de Manifiesto que nos han remitido:


Manifiesto para la recuperación de la
Federación Socialista Catalana
(FSC-PSOE)

En abril de 1977 tuvieron lugar los pactos para que el socialismo catalán presentara una candidatura única a las elecciones generales del 15 de junio de 1977, las primeras de la democracia. La intención de la futura unidad se acordó sobre dos pilares: el primero los principios de naturaleza socialista, y el segundo, las reivindicaciones siempre cambiantes del catalanismo.

Siete meses más tarde, el 16 de noviembre de 1977 dio inicio el XVII Congreso de la Federación Socialista Catalana del PSOE, en el que se debatió este proceso de unificación. Un sector crítico al proceso denunció que la dirección del PSOE en Cataluña había centrado sus esfuerzos en buscar la unidad con el Partit Socialista de Catalunya-Congrés (PSC-C) y en el retorno de Josep Tarradellas como presidente de la Generalitat, dejando en un segundo plano la infinidad de problemas que afectaban a la clase trabajadora.

Tras fuerte polémica, el Congreso aprobó a última hora la gestión del comité ejecutivo con los votos en contra de las agrupaciones de Rubí y de Barcelona, la principal de Cataluña, que agrupaba a más de un cuarto de la militancia total. Mediante esta votación, los delegados aprobaron que aquel sería su último Congreso como militantes del PSOE.

Finalmente, en el congreso del 16 de julio de 1978, culminaba la unificación del Partit Socialista de Catalunya (Congrés), del Partit Socialista de Catalunya (Reagrupament) y de la Federación Catalana del PSOE que dio origen al nuevo y actual Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC).

Si bien dirigentes de primera línea, como Alfonso Guerra, denunciaron desde el primer momento «el rapto de la Federación Catalana del PSOE por el PSC», el hecho cierto es que el PSOE reconoció las resoluciones procatalanistas del congreso de unificación. Con ello se dio carta de naturaleza a una singularidad que habría de condicionar, como se constata ahora gravemente, su futuro: la desaparición de la FSC, por sustitución de un PSC(PSC-PSOE) soberano, suponía de facto que uno de los grandes partidos en que recaía la responsabilidad de articular la vertebración y cohesión del país renunciaba a tener presencia directa en una parte consustancial de España.

Los partidos de ámbito nacional son los canales a través de los cuales se articula lo que une al demos político. Por eso, durante décadas, esta anomalía en Cataluña ha sido muy lesiva para la cohesión territorial española, sometida a constantes tensiones centrífu- gas y a la necesidad de dar satisfacción a intereses particularistas, que, siendo negativos para cualquier partido con vocación de gobierno, resultan especialmente aberrantes cuando los defiende una opción de izquierda supuestamente solidaria e igualitaria.

La anomalía citada no afecta sólo a la cohesión territorial, maximizando lo que separa y minimizando lo que une, sino también a la cohesión social, pues en política la defensa a ultranza de la diferencia es, tradicionalmente, una estrategia para convertir la diferencia en privilegio.

Hacer pasar el socialismo a través del cedazo del catalanismo supone, por tanto, desnaturalizarlo, y desactivar notablemente su capacidad emancipadora, al centrar las medidas de discriminación positiva en los sectores más favorecidos de la sociedad.

En el caso de Cataluña, la anomalía del sacrificio de la FSC en aras del PSC ha producido un tercer efecto perverso: la tantas veces señalada falta de representatividad del partido. Desde su nacimiento el PSC se ha empeñado en una acción política que ha priorizado reivindicaciones catalanistas ajenas a los verdaderos intereses de sus votantes. La falta de otra opción le ha permitido mantener un voto cautivo durante largos años.

En estos últimos tiempos, cuando la deriva soberanista ha llevado al país a una tensión máxima, la falta de presencia del PSOE en Cataluña ha maniatado al partido y limitado su capacidad de respuesta ante los proyectos políticos que buscan minar la igualdad social y la unidad territorial española. Y la tradicional posición de fuerza del PSC, su eterna reclamación de grupo propio, está adquiriendo ya la forma de amenaza de ruptura de la disciplina de voto.

Los miembros de la Plataforma FSC-PSOE sostenemos que la existencia de un partido confederado con soberanía exclusiva en una comunidad del Estado es una anomalía incompatible con el modelo federal igualitario del socialismo español. Sostenemos que esta anomalía es perjudicial no sólo para nuestro partido, sino para el conjunto del país, pues el modelo territorial que el PSC propone para España está basado en las mismas premisas confederales que definen su relación con el PSOE. 

Cuando los partidos se confederan, se dificulta su cometido para defender el interés común de todos los ciudadanos, objetivo que entendemos debe ser prioritario para un partido nacional como el PSOE.

Por todo ello planteamos y pedimos, mediante el presente Manifiesto y con los actos y decisiones que en el futuro vamos a tomar, la recuperación de la Federación Socialista Catalana, su reconocimiento por los órganos de dirección del PSOE y su participación en ellos, con el compromiso formal de una inequívoca lealtad nacional y la firme voluntad política de poner en común con los intereses nacionales del partido los intereses legítimos de los socialistas catalanes para configurar un proyecto basado en el bien común de todos los españoles.


miércoles, 5 de octubre de 2016

MÁS MOVIMIENTO ENTRE LOS SOCIALISTAS DE CATALUÑA

Nos han remitido un cartel de convocatoria de un encuentro de socialistas que solicitan que el PSOE aparezca en Cataluña. Aparentemente lo mismo que llevamos pidiendo desde REFUNDACIÓN SOCIALISTA.Lo mismo que han pedido antes y despues de nuestra aparición otros grupos.

Bienvenidos sean. Esperemos que desde la actual organización del PSOE se decidan a dar el paso.

Aqui el cartel de la CONVOCATORIA:





domingo, 18 de septiembre de 2016

COMENTARIOS CRÍTICOS A LA PONENCIA MARCO DEL PSC - III

4. QUÉ CATALUÑA
Hoy, una vez más, hay quien pretende imponernos un paréntesis en el que haya una sola finalidad: “Cataluña”, una patria abstracta, ahora míticamente independiente, que deje de lado la natural confrontación derecha/izquierda. Huelga decir que esto es inviable, porque topa con la realidad cotidiana y con los problemas sangrantes que se dan. Y se corresponde con las clásicas formas que se ha inventado siempre la derecha para tratar de preservar sus intereses. No hay causa catalana sin atender las preocupaciones de la ciudadanía catalana(1); sería una cáscara vacía, una nostalgia, una excusa, una trampa. La cuestión es la Cataluña real, la de ahora y aquí, hecha de gente concreta, con sus sufrimientos, necesidades, urgencias, deseos, ideales. La nación es el consenso básico que nos cohesiona. Y es temerario, para la nación, ignorar la gente que la conforma(2). Por ello, la cuestión no puede ser sólo “Cataluña”, sino “qué Cataluña”.
(1)Es que para los socialistas y para la izquierda lo que se tiene como objetivos es satisfacer las necesidades y los derechos de la población, tratados como ciudadanos, con las mayores cotas posibles de libertad y fomentando la igualdad, única manera de conseguir una sociedad más justa. 
(2) Si el termino nación supera lo que se entiende como equivalente que es el Estado y lo construimos a partir de una supuesta identidad cultural entramos en un terreno que no es el del socialismo sino el del nacionalismo.
La Cataluña que queremos, por otra parte, es la única que puede cuajar y perdurar, la que se hace inseparable de la gente, en su pluralidad, la que se convierte en proyecto colectivo, ampliamente compartido, integrador, innovador, transformador; la que se confunde con el impulso de libertad y de justicia de las personas concretas. En palabras de Rafael Campalans, “Cataluña no es sólo el pasado, la historia, los muertos ..., sino que es sobre todo un anhelo regenerador que se encomienda a todos los hombres y mujeres que viven”. Esta es nuestra Cataluña, la Cataluña de la gente, la Cataluña socialmente ambiciosa, que se sitúa a la cabeza de los ideales de progreso humano(2).
Es evidente que si eso es así, si somos conscientes de ello, si entendemos que la historia solo sirve para entender el presente y nunca como justificación de las acciones políticas que se desarrollen en el futuro, entonces no podemos pretender  hablar de derechos históricos ni de modelos lingüísticos sacralizados, no podemos considerar que los limites no son preconcebidos que somos catalanes, como españoles, como europeos, como ciudadanos
Cabe preguntarse, hoy, cómo podemos ser útiles en Cataluña, a su gente. Cómo se ha de traducir en acción política concreta la voluntad de servicio que nos acompaña desde el nacimiento del PSC. Cómo esta voluntad nuestra se suma a muchas otras voluntades de colectivos políticos y sociales con los que compartimos, plena o parcialmente, el diagnóstico sobre los problemas de nuestra sociedad, así como la visión sobre el futuro al que aspiramos.
Nuestra experiencia reformadora y transformadora nos hace conscientes de que, para acertar en la acción política y social, hay que atinar primero en hacerse las buenas preguntas, sin la petulancia de hacer ver que sabemos todas las respuestas y soluciones, sino con la disposición de buscarlas más allá de nosotros mismos, acudiendo al gran caudal de conocimiento y de experiencias que genera una sociedad cada día más abierta, más culta y más exigente. De esta interacción entre la política, la sociedad del conocimiento y los movimientos sociales, deben salir las políticas acertadas, viables y evaluables. Es con este espíritu que nos planteamos cómo podemos ser útiles a la hora de afrontar las cuestiones clave que afectan a nuestro pueblo:
Cómo podemos ser útiles para la superación justa de la crisis económica y social, revirtiendo la tendencia a una creciente desigualdad y suturando las fracturas sociales y generacionales.
Cómo podemos ser útiles para detener y superar la división de la sociedad catalana y para darle un nuevo horizonte nacional compartido.
Cómo podemos ser útiles para encontrar un nuevo esquema de relación entre Cataluña y el resto de España que sea solidario en las dos direcciones y que comporte una plena realización nacional de Cataluña. 
Cómo podemos ser útiles para recuperar la confianza en la democracia y sus instituciones, profundizándola y abriendo auténticos canales de participación y de corresponsabilidad ciudadana.
Cómo podemos ser útiles para hacer de Cataluña un país avanzado(3) y de nuevo pionero, con una ciudadanía cada día más culta, más libre, más solidaria, más responsable, más feliz.
(3) como podemos hacer de Cataluña, y por supuesto de España, pero también de Europa y del mundo,una sociedad más avanzada, con personas más libres.. conscientes de que nuestras políticas deben trascender de lo local, deben mirar a los espacios políticos a los que pertenecemos y mejorarlo, debemos considerar que los problemas globales deben solucionarse globalmente y lo local solo es una parte. El narcisismo de centrarse demasiado en lo propio no ha sido nunca una buena solución desde la izquierda. Nuestra preocupación es mejorar la sociedad, la nuestra y la de todos.

5. LA AGENDA DEL SOCIALISMO CATALÁN
1.UNA SALIDA JUSTA DE LA CRISIS ECONÓMICA,
que no grave una vez más sobre los de siempre, que restituya los equilibrios perdidos, debe conjugar unas políticas que aseguren: 
—Un crecimiento económico sostenido y sostenible, capaz de generar puestos de trabajo de calidad, lo que reclama la reorientación progresiva de nuestro modelo productivo y energético, una reforma del mercado de trabajo para acabar con su crónica dualidad. Y una previsión relativa a la sustitución, como vía de redistribución de la renta, los ingresos personales resultantes del trabajo humano que debe hacerse progresivamente sobrante, por causa de la creciente automatización de la producción, que debe comportar también un incremento de la productividad y de las ganancias a socializar y a redistribuir.
—la adopción de medidas urgentes destinadas a hacer frente y superar las situaciones agudas de pobreza y precariedad.
—El fortalecimiento de los pilares básicos del Estado del Bienestar (sanidad pública, educación pública, atención a la dependencia y pensiones) con reformas que garanticen la equidad y la sostenibilidad.
—Un replanteamiento de las finanzas públicas, con una reforma fiscal progresiva, que acabe con el crecimiento de las desigualdades y que combata con eficiencia el fraude fiscal y la existencia de paraísos fiscales.
—Un nuevo enfoque de la solidaridad, que ponga el énfasis también en su vertiente intergeneracional y que afecta a cuestiones esenciales como la educación, el mercado de trabajo, la financiación de la deuda pública y la sostenibilidad ambiental.
2.LA SUPERACIÓN DEL GRAVE CALLEJÓN SIN SALIDA EN QUE SE ENCUENTRA CATALUÑA
pide un cambio drástico de condiciones internas y externas:
—Una apuesta inequívoca por el reencuentro de la ciudadanía catalana en una causa común que recupere y fortalezca la unidad civil de nuestro pueblo.
—La suma de toda la fuerza disponible en el servicio de una estrategia nacional sólida y compartida.
El reconocimiento claro y limpio de la nación catalana por parte del conjunto de la sociedad española.(1)
—Una relación con el Estado que, partiendo de un marco federal, se base en el reconocimiento sin tapujos de su realidad plurinacional(2).
—Un pleno y mejor autogobierno, más eficiente, más participado, capaz de articular un impulso mancomunado de todos los agentes sociales de progreso.
—Un marco competencial que conlleve el pleno autogobierno, en el marco de unas interdependencias hispanas y europeas que no resulten un lastre, sino un trampolín y que proyecten la nación catalana hacia el futuro y hacia la primera línea europea(3).
—La garantía de los recursos financieros debidos, a partir de un modelo de financiación que incluya la corresponsabilidad fiscal real y que se base en los criterios de solidaridad, de ordinalidad y de gestión compartida(4).
—La participación de Cataluña(5) en el primer plano de las responsabilidades políticas españolas y europeas.
—Un marco español que permita la asociación voluntaria entre comunidades(6), con vistas a la Eurorregión del Mediterráneo Occidental, en la coordinación de las políticas en favor de la lengua catalana en sus diversas modalidades(7), etc.
—La asunción, por las instancias estatales españolas, de su responsabilidad en la protección y el desarrollo, no sólo de la lengua castellana, sino también de la lengua catalana, de su unidad y de la cultura que se expresa en lengua catalana(8) .
Para conseguirlo, reclamamos, en el marco de una reforma constitucional española de carácter federal, el pleno reconocimiento del carácter nacional de Cataluña(9), de sus derechos históricos y de la singularidad de su autogobierno.
Esta reforma constitucional debe ofrecer el marco de un acuerdo bilateral entre Cataluña y el resto de España(10) que sea refrendado por el pueblo de Cataluña( 11), que así decidirá libremente su relación con el Estado, como ya se ha hecho, por otra parte, con el referéndum de los Estatuts de 1979 y 2006, en los que el pueblo de Cataluña decidió ratificar los acuerdos alcanzados por sus representantes(12).
(1) Si entendemos por una nación un Estado de derecho, que es España, no tiene sentido pretender que se reconozca a Cataluña como una nación.  Cualquier grupo humano diferenciado tienen  elementos iidentitarios y esto no debería tener consecuencias jurídicas. Podemos hablar de que una parte de la sociedad catalana desea ser tratados culturalmente de una forma diferente en cuanto que se sienten distintos. Teniendo en cuenta el principio de subsidiaridad inherente a un posicionamiento federalista ha de considerarse la autonomía cultural necesaria, sin que ello posibilite  ningún privilegio respecto a los derechos o a la distribución de recursos públicos.
(2) Si por plurinacionalidad  se habla de soberanías compartidas entre naciones  definidas por sus identidades culturales, entonces hemos de responder desde el ideario socialista, que al igual que tenemos un posicionamiento laico respecto a las religiones, también lo hemos de tener respecto a las culturas. Ese laicismo con respecto a la identidad es parte consustancial del lenguaje democrático y del esfuerzo de los trabajadores por alcanzar mayores cuotas de libertad e igualdad en un espacio político que garantice derechos y libertades.
(3)De nuevo hablar de posicionamiento ordinal. Realmente se busca conseguir construir una sociedad más igualitaria y se plantea una escala de primeros y segundos, en una competencia que recuerda a la suma cero.
(4) Los recursos financieros han de ser los necesarios para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, de todos los ciudadanos. El tema de la ordinalidad se basa en la aceptación de las balanzas fiscales entre nacionalidades y regiones españolas. El concepto de balanzas fiscales internas y de la necesidad de la ordinalidad –un concepto muy querido por fuerzas hostiles a la izquierda, lanzado por el nacionalismo más reaccionario- no puede entrar en consideración en un territorio en el que las barreras comerciales no existen por el hecho de ser un mismo país. La   redistribución fiscal es la manera de compensar mediante la redistribución yla prioridad es garantizar esos elementos vitales en sanidad educación inversión en infraestructuras…. Etc. Ahí el tema de la ordinalidad ha de tratarse como lo que es una propuesta de la derecha y en este caso de una ideología incompatible con la libertad y la igualdad…. En definitiva incompatible con la democracia.
Para poder efectuar una distribución justa que garantice a todos los ciudadanos unos mininos es necesario conocer cuales son las necesidades, las carencias de los habitantes de toda la entidad política a qla que se pertenece y solo desde ese conocimiento se podrá establecer un reparto social justo. Eso solo es posible si hay una consideración de que uno de los elementos claves en un estado social es la redistribución. Solo órganos centrales fuertes harán posible que las fuerzas centrifugas de las élites políticas locales con una tendencia a establecer sistemas clientelares podrían poner en peligro. Una apuesta progresista exige la aceptación del principio de subsidiaridad y en el tema de la distribución implica que es necesario instituciones centrales fuertes, capaces de conocer todo el territorio, alejado de los interés localistas.
(5) Cataluña ya partricipa en todos los órganos internacionales a través de la acción de gobierno de España, de igual manera que nominalmente España esta representada en el ámbito competencial correspondiente con la Comisión Europea.. No podemos pretender que nuestras élites locales estén en todos los niveles con su correspondiente CUOTA dando que eso implica una cosmovisión política localista y contrario a la visión de lo que la democracia representa… definiendo el todo y no la parte.
(6)Este plan ya es posible aunque sin las connotaciones irredentistas tan queridas por los nacionalistas. Las asociaciones voluntarias para proyectos se pueden realizar como una consecuencia del principio de subsidiaridad. Lo que no es aceptable es escamotear al sistema autonómico o al posible estado federal las perrogativas que se recojen (o recogerian ) en la Constitución.
(7) Si un objetivo del socialismo es el aumento del bienestar para aquellos que están en clara situación de desventaja, es decir  “las clases populares”, sorprende pues esa constante referencia a elementos simbolicos que han sido, y lo siguen siendo, el eje central de interés de aquellas fuerzas de ideología nacionalista.
De nuevo es posible leer que se esta substituyendo a la persona, como sujeto último de la acción política, por otros sujetos, que la izquierda siempre considero como objetos al servicio del sujeto político básico. Tanto la lengua como cualquier otros de los elementos simbólicos utilizados por el socialismo para recordar cuales son los intereses de la mesocracia nacionalista.
 (8)Exactamente de igual modo que se espera que un gobierno catalán socialista asuma su responsabilidad en el desarrollo también de la lengua castellana o española, dado que es un patrimonio valioso que además es la lengua de gran parte de la ciudadanía de Cataluña.
 (9) Si la nación es un consenso ¿Qué es lo que se pretende pidiendo que la Constitución lo recoja? Si lo que se pretende es introducir derechos políticos atribuidos a una entidad política construida a base de supuestos de identidad cultural, entonces es necesario preguntarse ¿Que tiene de socialismo eso? Evidentemente es, de nuevo, una propuesta que emana de posiciones ideologicas antagonicas con los postulados de la izquierda, una propuesta preilustrada e incompatible con esa sociedad innovadora y …….
(10)De nuevo una propuesta que deja bien claro que la nación de la que hablan no es un consenso…. Es un ente soberano que pretende llegar a un acuerdo con otro ente distinto, en igualdad de condiciones. Es de facto un reconocimiento de una secesión de facto. No solo choca con la condición básica que en una sociedad democrática, la soberanía reside en la totalidad de ciudadanos, sino que plantea un modelo político que nos retrotrae a modelos previos a la ilustración, la soberanía recae, para los que defienden esa propuesta, en un ente político, que ellos denominan nación, que no es la suma de los habitantes de la sociedad, sino que excluidos como ciudadanos, no son más que objetos que sirven para mantener la existencia de ese nuevo sujeto político que pretende constituirse en ente soberano.
(11)El refrendo en ese contexto no es una demostración de democracia sino que es la utilización de los habitantes para justificar su propia cosmovisión de la que los votantes no son más que meras comparsas.
(12)Ratificación sometida a una, previamente conocida, posible posterior revisión de su constitucionalidad tal como se recoge en el marco democrático aprobado en la Constitución.
Que ese orden abra la puerta a utilizaciones espúreas por parte de las elites políticas nacionalistas y sus correspondientes grupos económicos locales, debería ser una señal de alarma que recomendase a  la izquierda la realización de un cambio en el marco legal que forzase a pasar el filtro constitucional antes de pasar a la ratificación mediante referendo.
A menudo vemos representantes políticos que evitan tomar decisiones que podrían ser impopulares apelando a “consultar al pueblo” para esquivar riesgos políticos. Por ello, alcanzar un acuerdo justo, atreverse a tomar decisiones y someterlas a la ratificación de la ciudadanía aceptando que puedan ser rechazadas, es la grave responsabilidad que recae hoy sobre los representantes democráticos a ambos lados.
Determinadas votaciones no necesariamente se ajustan a los principios democráticos –imaginemos el caso de un referéndum para poder quitar la ciudadanía a una parte de la población que no encajase con elementos asociados a color de piel-. En un entorno que se ha caracterizado por la utilización masiva de los recursos públicos en una partidista dirección nos lleva a un cóctel no deseado que combina nepotismo y autoritarismo. Nuestra responsabilidad es exigir reforzamiento de los postulados democráticos y defender un espacio   político que no divida a los trabajadores como via para dificultar la explotación de clase.
Caso de fracaso, caso de que la ciudadanía catalana decidiera rechazar el pacto alcanzado por sus representantes, entonces sí, los socialistas catalanes propondríamos al conjunto de los españoles otros instrumentos democráticos (por ejemplo, una Ley de la claridad como la canadiense) que establecieran las condiciones para en su caso, verificar el apoyo ciudadano a una eventual secesión.
Una ley de claridad que posibilitase la subdivisión en diferentes entidades políticas que cualquier territorio, desacralizando el termino nación definido desde la óptica nacionalista. Una ley de Claridad que recoja una óptica de izquierdas y socialista, que afirme que el espacio político que afecta al conjunto de la ciudadanía no es susceptible dividirse en base a posicionamientos ideologicos reaccionarios, centrados en la identidad, que contiene elementos mimeticos de los oídos en Lombardia, y con suficientes dosis de supremacismo como para que   sea expulsado al basurero de la historia
Pero empezar por el final, como algunos pretenden, preguntando primero por la última de las opciones a considerar, es tanto como desahogar la presión negociadora hoy acumulada. En efecto, si una consulta de estas características fuera viable de entrada, querría decir que estamos ante un nuevo marco de diálogo restablecido entre Cataluña y España, ante un nuevo clima de entendimiento, lo que, junto con un debate sereno y profundo sobre los efectos positivos y negativos de la independencia, daría como resultado, muy probablemente, un no a la secesión. ¿Con qué fuerza se podría ir entonces a la negociación por un pacto bilateral ambicioso? Hay que empezar por someter a referéndum la posible renovación del pacto constitucional de 1978. Esto es lo que propone el socialismo catalán de acuerdo con el conjunto de los socialistas de España.
 6 .LA REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA
 Es necesaria para rehacer la confianza ciudadana y retornar a las instituciones su plena legitimidad. Esto supone avanzar simultáneamente en dos grandes objetivos: la mejora de la representación democrática y la mejora del buen gobierno
En cuanto a la mejora de la representación democrática, urge:
—La reforma de los partidos políticos, haciendo instrumentos más abiertos a la sociedad, menos endogámicos, más transparentes, más democráticos, más saludables.
—La reforma del sistema electoral, introduciendo una mayor proporcionalidad y circunscripciones más pequeñas que permitan una relación más estrecha y permanente entre electos y electores.
—El impulso de canales y mecanismos de participación ciudadana, de autogestión de los usuarios, de cogestión de los servicios públicos, de responsabilización de las personas.
En cuanto a la mejora del buen gobierno, hay que promover:
—El principio de legalidad
—La evaluación de las políticas públicas
—El rendimiento de cuentas respecto de cada proyecto, de cada cometido.
—La transparencia inmediata y continuada de la gestión.
—La autonomía de la administración respecto de los partidos, evitando la “colonización” partidista de las instituciones
—Medidas específicas y drásticas contra la corrupción.
UNA ESTRATEGIA PARA IMPULSAR LA AGENDA SOCIALISTA EN CATALUÑA
En cuanto al desarrollo nacional de Cataluña y a sus encajes hispánicos y europeos, pensamos que no valen decantamientos unilaterales e instrumentales, ni conservadores radicales, sino el máximo consenso nacional posible, tanto por razones tácticas -la fuerza de Cataluña ha radicado siempre en su máxima unidad- como por razones estratégicas -la nación no es otra cosa que el consenso permanentemente renovado de la ciudadanía. Nos opondremos, pues, a las pretendidas estrategias nacionales que esconden intereses exclusivamente partidistas y que pretenden suplantar la nación; se trata del nacionalismo, siempre instrumental, de la derecha catalana y de la derecha española y que a menudo contamina y confunde la vida política. En este sentido, proponemos la colaboración de las fuerzas parlamentarias que se reivindiquen del catalanismo para alcanzar el mayor entendimiento posible al servicio de Cataluña, de su ciudadanía plural, de su realización nacional, del pleno desarrollo de la lengua y la cultura que le son específicas; para construir una estrategia nacional compartida lo más mayoritaria y fuerte posible. Una nueva ENTESA DELS CATALANS.
En cuanto al impulso de nuevos horizontes de progreso que nos caracterizan como socialistas, pensamos que es fundamental articular la gran mayoría progresista y catalanista que existe en Cataluña. Una alternativa de izquierda que no puede basarse sólo en una alianza política, siempre frágil y al azar de los tacticismos partidarios, sino que reclama una mayoría social madura y consolidada, capaz de seguir críticamente tanto la obra de gobierno como el comportamiento político de unos y otros y de exigirles coherencia estratégica. El anterior gobierno de Entesa Nacional pel Progrés sufrió de la falta de este seguimiento social y de esta exigencia, lo que propició un grave déficit de cohesión interna. Hay que empezar, de todos modos, por articular esta mayoría políticamente, traduciéndola inmediatamente en el impulso de un amplio y diverso movimiento social y en una mayoría electoral. Sería insensato y reaccionario dificultarlo, no propiciarlo con generosidad y empuje. Tanto las izquierdas que tenemos nuestras raíces en el pasado colectivo, como las izquierdas de más reciente formación, debemos hacer nuestra esta responsabilidad, sin conservadurismos partidistas. En este sentido, proponemos la más estrecha colaboración posible entre las FUERZAS DE IZQUIERDAS presentes en el Parlament de Catalunya para poner en común esta voluntad y tratar de dibujar una estrategia compartida de cambio y de articulación del bloque social y político que la ha de impulsar, una ALIANÇA CATALANA DE PROGRÉS.
EL PARTIDO QUE NECESITAMOS
Por eso necesitamos un partido
capaz de repensarse, de reformularse permanentemente, de emprender “nuevos inicios”, de pulsar la tecla “Reiniciar(1)”;
—en sintonía con la mayor exigencia democrática y de participación de nuestra sociedad, en particular de las jóvenes generaciones;
—de ancho espectro, pluralista,(2) capaz de reunir las muy diversas voluntades de cambio que se dan en Cataluña;
—flexible y creativo, permeable a las aportaciones innovadoras de todo el mundo, capaz de adaptarse a las nuevas realidades y exigencias y de formular las nuevas respuestas que piden tanto los viejos como los nuevos retos;
—expresión de las clases populares, de los hombres y mujeres en situación de precariedad, los trabajadores, los parados, los excluidos, de sus necesidades, anhelos y esperanzas(3).
—arraigado en todo el territorio de nuestro país,(4) capaz de erigirse en la más ajustada expresión de la pluralidad de nuestro pueblo;
—expresión de la Cataluña de progreso, fiel a las necesidades, intereses e ideales de la nación catalana(5) y abanderado -como decíamos en 1977-, de “Una Catalunya lliura, pròspera i sense classes”.
Con este fin, nos proponemos, de entrada, la constitución de un Consell Obert del PSC, donde participen el Consell Nacional del PSC y otros socialistas y exponentes de izquierda no organizados en otros partidos, así como exponentes sociales diversos de signo progresista, con funciones de debate político y decisorias en cuanto a la orientación política general del PSC.
La reforma del sistema electoral debe ser un instrumento clave en esta dirección(6), un mecanismo de vinculación permanente con los electores y con la sociedad en general.
Pero debe ser también la cultura política, que debe saber entroncar como nunca con nuestras raíces libertarias, con la visión crítica del poder que le es propia, con la orientación participativa y autogestionaria que desprenden.
Sólo así, el PSC estará en condiciones de volver a jugar un papel decisivo y transformador, al servicio del pueblo raso y al servicio de Cataluña(7)
(1)El partido que se necesita es un partido que acepte que se ha equivocado dando apoyo a tesis que provienen del marco conceptual del nacionalismo. Que una vez parte de los responsables del desaguisado han marchado a partidos nacionalistas, se ha de hacer el reinicio y replantear los objetivos en la clave tradicional de la izquierda: alcanzar ma´ñs cotas de libertad e igualdad, construyendo un espacio que garantice derechos y libertades. 
 (2)siempre que se de entre aquellos que defienden el mismo objetivo, que planteen la distribución inherente a un estado social como un objetivo irrenunciable, que busque la superación de aquellos elementos que nos separan como trabajadores. La transversalidad con   el nacionalismo ha sido letal, en tanto que ahora estamos recogiendo los resultados de tantos años de políticas sustentadas en el nacionalismo. La situación de carrera hacia el totalitarismo, la perdida de libertades en aras de la nacionalista construcción nacional, el desvio de recursos públicos hacia políticas identitarias o consecuencias de la visión nacionalista…. Y LA OCULTACIÓN DE LA CORRUPCIÓN EN CUANTO QUE AFECTA AL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN NACIONAL.
 (3)Que es capaz de conocer sus necesidades, que aprovecha sus potencialidades, que evita que se introduzcan elementos legales que dificulten su acceso al mundo del trabajo bajo el pretexto de la necesidad de normalizar elementos simbolicos del imaginario nacionalista.
(4)Lo que se defiende como positivo para una parte de la entidad política reconocido internacionalmente en la que las clases trabajadoras deberían poder moverse libremente, también debería defenderse para todo el territorio internacionalmente reconocido… paso previo a avanzar a ámbitos superiores, en este caso el europeo… el resto es de nuevo caer en localismos pseudocantonalistas.
 (5)De nuevo hablar de necesidades e intereses de la ·nación”, a la que previamente en la única explicación de ese termino se le define como un consenso. ¿Esa nación tiene necesidades que son diferentes a conseguir mayores cotas de libertad e igualdad?
(6)No se avanza en la necesaria aclaración de que se ha de tender hacia un modelo que trate a una persona un voto, que evite la tentación de distribuir territorialmente el voto de forma que coincida con los intereses identitarios de los partidos nacionalistas.
 (7)La constante diferenciación entre pueblo y Cataluña es una coincidencia con el habitual discurso nacionalista basado en una concepción esencialista de la la nación. Cataluña es un espacio geográfico donde viven ciudadanos plurales que son los soberanos y donde existen clases sociales. No podemos hablar de Cataluña como de un bloque donde se diluyen los ciudadanos singulares, por un lado, y las clases sociales, por otro.






5. CONCLUSIONES
Observamos  en esta ponencia dos discursos ideológicos contrapuestos. Por un lado tenemos uno que es meramente declarativo, que incluye algunos lugares comunes de la izquierda; por otro lado un discurso nacionalista, que es el que parece determinar las propuestas concretas, en clara contradicción con la parte declarativa anterior.
 Estas propuestas concretas se realizan habiendo evitado, y dado el conjunto habría que concluir que se hizo interesadamente, definir determinado el concepto de nación, que constituye el eje central. Tampoco se define lo que quiere decir  catalanismo. Tampoco se hace con otro concepto utilizado al llegar a economía, que es el de ordinalidad. Para entenderlo hemos de buscarlo en el lenguaje que utilizan los teóricos del nacionalismo. En ningún caso son compatibles con los elementos teóricos propios de una organización de izquierdas.
 No se habla en ningún momento de que el concepto nuclear de nación, cívico y no étnico, es el de Estado de derecho. Y el Estado de derecho que vivimos se llama España y los socialistas catalanes ( junto a los vascos, andaluces, madrileños ) han de luchar conjuntamente porque este Estado de derecho sea consecuente y garantice los derechos políticos, sociales y económicos de todos los ciudadanos españoles.


domingo, 11 de septiembre de 2016

COMENTARIOS CRÍTICOS A LA PONENCIA MARCO DEL PSC - II

UNA SOCIEDAD EN TRANSICIÓN
Una vez más, pues, el socialismo catalán se dispone a pasar página. Lo haremos sin pesar, sabedores de que no hay verdades absolutas, que sólo somos un instrumento al servicio de la libertad y de la justicia. Y que no hay doctrina ni interés ni costumbre ni inercia que puedan prevalecer sobre estos objetivos básicos, sino que todo debe supeditarse a ella. Y que sólo nos valen las herramientas que nos permiten trabajar a favor de estos objetivos, hoy y aquí, de manera eficiente, según exige la gran transición que vive nuestra sociedad. Porque estamos en tránsito hacia un nuevo marco político, económico y social, donde muchos de los referentes válidos de ayer han perdido su significado.
Lo importante no es otra cosa que la libertad y la justicia, la “realización nacional” solo tiene sentido si estamos buscando con ello mayores cuotas de libertad e igualdad, los elementos que permiten construir una sociedad más justa. Cualquier otra consideración identitaria se presenta así contraria a esos objetivos
La inercia constante en volver a debatir sobre identidades, sobre cuestiones que son de naturaleza difusa y confusa respecto a avanzar en cuotas de libertad e igualdad, debe ser superada y empezar a cuestionar los dogmas que de forma espurea ha colocado en el mundo de la izquierda el nacionalismo.
Nuestra sociedad se ha visto sacudida por una crisis económica que ha descosido sus costuras y que ha roto los equilibrios sociales y generacionales, resultando una sociedad más escindida que nunca, carente de un proyecto claro y común que la impulse hacia el futuro, frustrada por las falsas promesas e ilusiones, cansada del politiqueo sin norte y necesitada de una política verdaderamente reformadora y transformadora.
Profundizar en el tema social, en localizar las fuentes de injusticia, en buscar soluciones a los problemas cotidianos de los ciudadanos… en cuestiones de salud, de educación, de conseguir que las personas puedan alcanzar cotas de bienestar cada vez mayores porque se consiguen empleos de calidad, bien retribuidos etrc. Eso es la clave del socialismo

A pesar del vendaval que todo ello ha supuesto, con los correspondientes costes electorales, el PSC ha mostrado una considerable capacidad de resistencia y, cuando algunos lo daban por acabado, ha conseguido mantenerse de pie. Y es que, más allá de estos tiempos de crisis, persiste en la gente el recuerdo del trayecto seguido y de los hitos conseguidos de la mano del socialismo catalán, lo que le confiere todavía un margen importante de confianza.
Por eso, hoy manifestamos nuestra voluntad de sacar al país del momento incierto en que se encuentra. Sabemos que tenemos futuro, porque sólo la síntesis inseparable de libertad y justicia que encarna el socialismo democrático puede ser útil hoy en nuestra sociedad para hacer frente a los peligros que la acechan: el cinismo egoísta e insolidario, los populismos nacionalistas enfrentados, los radicalismos utópicos que tienden al absolutismo.
Es necesario mostrar una voluntad de actuar conjuntamente con el PSOE para solucionar los problemas que afectan a las clases populares de todo el país, conscientes de que es necesario que salgamos todos conjuntamente de esta crisis y conscientes de lo que hay que hacer es unir y no separar.  En este último caso nos convertiríamos en piezas  que podrían ser utilizadas por aquellos elementos que han provocado la crisis y siguen sacando numerosos beneficios de ella, a causa de la debilidad de los agentes sociales, de la izquierda…

 Sabemos que podemos ser muy útiles, de nuevo, siempre que seamos coherentes con nuestra identidad fundacional y al mismo tiempo seamos capaces de reinventarnos de arriba a abajo, generosamente, impulsando una política reformadora capaz de encontrar una salida justa a la crisis económica, de impulsar una vida democrática de calidad y de conseguir un encaje óptimo de Cataluña en nuestro entorno hispánico y europeo.
Hemos de reinventar el socialismo catalán, profundizando en los niveles de de cooperación con el PSOE, en contactar con la izquierda europea. El retorno a las viejas recetas basadas en el uso de la identidad nacional como cemento de la sociedad nos ha alejado de parte de nuestro electorado, que no coincide con los elementos identitarios de naturaleza cultural que durante muchos años se han propuesto desde el PSC por parte de algunos miembros que ubicados en posiciones organizativas clave dentro del partido.
La salida de esas personas, y su voluntaria reubicación en partidos nacionalistas –que nos da una idea de cuales fueron sus intenciones para el PSC- debería ser aprovechada en esta nueva fase para fortalecer el mensaje social y dejar claras las distancias frente a las posiciones nacionalistas, que aunque sean hegemonicas en Cataluña –respecto al poder político- tienen propuestas contrarias a los intereses de las clases populares respecto a la búsqueda de la libertad, la igualdad y la justicia social.
 Es tradicional en Cataluña eludir mencionar la palabra España. Se busca así  formular que es una mera realidad administrativa que puede ser substituida, como el que cambia de coche. De la misma manera que no hablamos de Comunidad Autónoma de Cataluña cuando nos referimos a Cataluña, no deberíamos ceder a este lenguaje prestado del nacionalismo. España es una realidad social y política igual que Francia, Italia o Portugal ( no decimos Estado francés, Estado italiano o Estado portugués).

3 : LA IDENTIDAD DEL PSC
Nos queremos reinventar, no en el vacío ni partiendo de cero, sino reafirmando los principios que nos inspiran, releyéndolos a la luz de las transformaciones sociales en curso. Conscientes de que los principios expresan un sentimiento y una voluntad, pero que no constituyen una guía concreta y precisa para la acción política y que, por tanto, sería un error refugiarse y creer que su repetición como una letanía equivale a un proyecto político. Otros se pueden conformar, pero no el socialismo democrático, que siempre ha sabido traducir sus principios en propuestas concretas y realidades, mediante una obra de gobierno transformadora y responsable. Saber de dónde venimos no parece suficiente para saber dónde queremos ir. Hay que ser fieles a nuestros principios, pero no como refugio de una realidad que se divorcia, sino que hay que hacerlos visibles en las conductas individuales y colectivas y en unas políticas coherentes, prácticas y eficientes.
Hay que reinventarse, de acuerdo, pero aceptando el principio de realidad, de la realidad de lo que es Cataluña, de su configuración como una parte de España, y a través de ella como una parte de Europa. Que la construcción de una sociedad libre exige aceptar que la identidad es algo cambiable, solo dependiendo de lo que libremente cada ciudadano decida aceptar…. Sin que se le pretenda conducir hacia una determinada dirección a través de los medios de comunicación o por el uso de programas de enseñanza que están orientados a conformar una ideología, Conscientes de la única intervención del poder publico en la construcción de identidades es aquella que solo busca que los ciudadanos se sientan parte de una sociedad que de forma abierta permite a cada uno sentirse parte de ella porque les garantiza derechos y libertades.

En todo caso, nuestra carta de identidad se puede resumir en los TRES BLOQUES siguientes:
1.SOMOS DEMÓCRATAS
y ponemos a las personas, su libertad, su dignidad, sus derechos, su plena capacidad de controlar la propia vida y de desarrollar su potencial, en el centro de nuestras propuestas y nuestras políticas. Defendemos el Estado de derecho, el principio de legalidad, el principio de responsabilidad y el compromiso cívico y político.
La persona es el sujeto último de la acción política. El ciudadano es el titular de la soberanía y es ciudadano en cuanto forma parte de un Estado de derecho que se lo garantiza. A ese ciudadano, desde una óptica que valore su libertad, su dignidad y sus derechos, no puede ser sometidos a otros entes que se presentan como soberanos a ojos de determinadas ideologías. Cualquier sujeto que posea un derecho por encima de la soberanía que una democracia da a un ciudadano tendrá como consecuencia una perdida de libertad. En Cataluña los nacionalistas hablan de Cataluña con una nación soberana que se acaba identificando exclusivamente con los que se identifican con unas características ideológicas y políticas.

Queremos ir más allá en la cultura democrática, desarrollando sobre todo la PARTICIPACIÓN CIUDADANA en los quehaceres de lo común, la actuación “desde abajo” (como decían los federalistas catalanes del XIX), desde la propia sociedad, desde cada municipio y cada territorio. Queremos avanzar en la autoorganización social, en la autogestión de los usuarios y en la cogestión de los servicios públicos. En el contexto de la corresponsabilidad social debida, reivindicamos el derecho de autodeterminación de las personas, en las que recae la titularidad de la libertad.
Fomentar la participación, replanteando el sistemas político de forma que en base al principio de subsidiaridad, acerque la política al ciudadano. Fomentar la participación ciudadana mediante mecanismos que garanticen que hay formas de expresión y comunicación entre el nivel de toma de decisiones oportuno según el principio de subsidiraidad y el propio ciudadano.

Por ello, somos GENTE EMPRENDEDORA y que quiere impulsar la iniciativa personal y la iniciativa cooperativa, la libertad asociativa y empresarial, la innovación y la competencia leal, dentro de una economía de mercado competitiva, socialmente responsable, sin monopolios, al servicio de la calidad y la máxima eficiencia. Que haga del trabajo un derecho y una oportunidad para la emancipación de las personas. Y que establezca previsiones sustitutorias cuando, en un futuro no lejano, la demanda de trabajo humano remunerado disminuya debido a la creciente implantación tecnológica, que debe suponer también el aumento de la productividad y de las plusvalías, en relación con las cuales será necesario establecer NUEVAS FORMAS DE REDISTRIBUCIÓN DE LAS RENTAS que garanticen a todos los mínimos que exige la dignidad humana.
Somos gente que cree en la CULTURA, en su papel empoderador y emancipador de la ciudadanía e impulsor de la creatividad y la innovación. Por ello, hay que garantizar siempre la plena libertad de pensamiento y de creación. Por ello, queremos situar la cultura al alcance de todos y despertar la capacidad crítica, expresiva y creativa de cada uno. Hoy, por otra parte, la cultura se ha convertido en la materia prima de la sociedad del conocimiento, de la información y la comunicación, lo que abre grandes posibilidades de futuro, pero que también conlleva el riesgo de su banalización. Todo ello requiere, como opción básica, una EDUCACIÓN PÚBLICA Y DE CALIDAD PARA TODOS, concertada con el resto de políticas de gobierno y con las iniciativas sociales que inciden en la cultura (en la concepción de “ciudad y sociedad educadora”), de cara a la formación integral de la persona, en el campo científico y técnico, en el campo humanístico y en el campo artístico.
2.SOMOS DE IZQUIERDAS
progresistas, gente comprometida con las clases populares, con el mundo del trabajo, con los parados, con toda forma de “precariado” que la crisis económica ha hecho proliferar, con los que sufren cualquier tipo de opresión o de exclusión. Venimos del sindicalismo obrero que plantó cara a la explotación extrema del primer capitalismo industrial. Queremos hacer reformas para alcanzar una sociedad del bienestar, inclusiva y cohesionada, con la defensa del espacio público, la justicia social, la igualdad y el bien común.

Por eso mismo, somos FEMINISTAS, porque no podemos tolerar la discriminación y la sobreexplotación de la mitad de la humanidad. Defendemos la plena igualdad entre los hombres y las mujeres. Queremos conseguir que ambos géneros compartan, a partes iguales, el trabajo y el ocio, las responsabilidades familiares, políticas y cívicas, el compromiso y la recompensa. Y queremos una acción pública y una acción social y cultural que unan fuerzas, con el fin de presentar batalla definitiva contra el machismo y contra la violencia que le es inherente y que está en la base del autoritarismo patriarcal. Como también queremos el pleno reconocimiento público y social de la no discriminación por razón de orientación sexual, opción afectiva sexual, identidad de género o expresión de género de cada uno, acabando así con una opresión y un sufrimiento inaceptables.

Somos GENTE SOLIDARIA, dispuesta a socorrer y ayudar al prójimo necesitado, a hacer nuestro su combate, tanto lo que nos es más cercano como el que nos es más lejano. Dondequiera que haya un ser humano que sufre, toda la humanidad se debe volcar. Es moralmente obligado. Consideramos prioritario un COMPROMISO GLOBAL destinado a acabar con el hambre, la pobreza, la explotación infantil, el analfabetismo y la enfermedad endémica en todo el mundo. Queremos promover, en esta dirección, programas fruto de la concertación global que permitan superar estas lacras que atentan contra la dignidad humana más elemental. Por la misma razón, queremos combatir el crecimiento escandaloso de la desigualdad en nuestro país y en el mundo. Las personas somos diferentes, diversas, pero iguales en dignidad: en este sentido, la IGUALDAD es una cota moral irrenunciable. 

Somos ECOLOGISTAS, porque somos solidarios con nuestros hijos y nietos, con la humanidad futura, a la que no podemos legar el expolio del planeta por toda herencia. Queremos proteger el medio ambiente, mediante políticas eficientes que garanticen la buena salud de la naturaleza, la preservación de los recursos naturales y del paisaje, así como un desarrollo sostenible y un nuevo modelo energético que asegure el progreso y el bienestar para todos.

Y somos GENTE DE PAZ, que quiere promover la seguridad, el control de los armamentos y la resolución pacífica de los conflictos, así como una humanidad cooperativa y solidaria, capaz de superar el recurso a la guerra y a toda violencia, de abrirse a nuevas cotas de desarrollo humano, de libertad y de responsabilidad.
3.SOMOS CATALANISTAS,
es decir, que queremos toda la libertad y toda la justicia para nuestro pueblo(1), al que nos debemos, al que aspiramos a representar y del que demandamos la confianza. Queremos una Cataluña capaz de forjar su futuro como nación(2), garantizando así la continuidad de su lengua y su cultura(3) en una relación federativa y plurinacional con España(4). Y en la primera posición de la urgente construcción europea. Y ponemos ante todo la cohesión social y nacional de la ciudadanía de Cataluña, porque la nación no es otra cosa que el consenso renovado de la ciudadanía(5), desde su pluralidad(6). Y atenta contra la nación todo lo que rompe la unidad civil de nuestro pueblo.
 ( 1) Si hablamos de pueblo, desde la izquierda hemos de considerar a este término como un concepto que utilizamos para referirnos a un conjunto de ciudadanos que habitan en un determinado espacio geográfico.
 (2 ) De nuevo es necesario clarificar conceptos. Cuando se utiliza el termino nación tal como lo definen los nacionalistas, es que estamos entrando de lleno en su propio espacio conceptual, un espacio que es antagónico al del socialismo, en cuanta que nos limita los supuestos fundamentales de la izquierda: la libertad y la igualdad. El hecho de que se presente la identidad cultural como el nexo de unión de una sociedad es una restricción a la libertad del ciudadano, que únicamente debería compartir la identidad de pertenecer a una entidad política que le garantiza derechos y libertades. El resto de elementos identitarios  que vienen como consecuencia de la intromisión de la ideología nacionalista: pasado histórico, voluntad de ser… no son más que cortapisas al libre desarrollo de la persona y un problema para los postulados democráticos.
(3) Si hay que garantizar algo debería ser que nadie viera sus derechos lingüísticos atacados.  En cuanto que el sujeto político que debemos defender son las personas en cuanto ciudadanos y las lenguas son instrumentos de comunicación de las personas y de la Administración con los ciudadanos.. En una sociedad donde los términos tienen una carga conceptual clave es preciso aclarar que hablar del catalán como lengua propia y de una supuesta cultura catalana reglamentada por élites culturales implica una visión homogeneizadora de la sociedad catalana. Forzosamente, en una compleja sociedad plural y multiidentitaria,  muchos han de quedar fuera del molde que se propone como correcto. Es precisamente lo que los nacionalistas han hecho servir para avanzar en su modelo identitario: aquel que no encaja con él no puede acceder plenamente a los derechos de la nación. Algo que tiene evidentes consecuencias respecto a la distribución de recursos públicos.
(4) El uso perverso del termino federativo, acercándolo a una posición confederal y relacionándolo con el concepto de nación –tal como lo definen los nacionalistas- no solo contradice los puntos de la propia ponencia marco (SOMOS DEMOCRATAS, SOMOS DE IZQUIERDAS, SOMOS SOLIDARIOS) además es que son propuestas que coinciden con los puntos tradicionales del nacionalismo. Es esa posición lo que ha puesto en riesgo el contacto con el votante tradicional del PSOE, sorprendido de encontrar a un partido nacionalista hospedado dentro de las siglas del socialismo español.
(5) Evidentemente después de todo el lenguaje anterior esto no pasa más que a ser una mera agrupación de palabras que a modo de cortina de humo se utiliza para esconder que el termino nación que ellos usan no es un consenso renovado de la ciudadanía, en tanto que la nación es un elemento basado en hechos que superan ese concepto y quer necesita superar a la realidad de los propios miembros de la sociedad, qure siendo plurales no tienen porque compartir los hechos de identidad cultural que se proponen
(6) La pluralidad esta considerada en este tiempo como algo que se soporta, y como tal esta supeditada a la realidad que ellos quieren construir que en absolouto es plural.

Somos FEDERALISTAS, porque la unión federativa es el método que nos ha de permitir el gobierno de las interdependencias crecientes y las soberanías compartidas(1) que aseguren la prosperidad y el bienestar en un marco democrático de calidad, desde el nivel más cercano de la sociedad y el municipio, hasta Europa y el mundo. Contra nuestra voluntad reformadora y federalista, se alza hoy el populismo nacionalista y el populismo retóricamente de izquierdas, conservadores del poder menguante de los Estados, insolventes, demagógicos. Es el más grande peligro que amenaza el presente y el futuro de la humanidad. Es el camino hacia los nuevos totalitarismos. Frente a la repetición esperpéntica de la historia del siglo XX, propugnamos una perspectiva audazmente reformadora, capaz de construir mayorías sociales y democráticas y de hacer, en el ámbito europeo y global, lo que la socialdemocracia ya ha hecho en Europa, en el ámbito estatal hoy en retroceso.
Después de la utilización del termino nación en clave ideologica nacionalista, es preciso aclarar que las soberanías compartidas es lo que precisamente implica una Constitución democráticas, pero que deben considerarse respecto a otros entes soberanos… es decir respecto a otros estados.
Somos EUROPEÍSTAS. Queremos acelerar la construcción de la Unión Europea. Por una Europa, donde se reencuentren armónicamente la diversidad de pueblos, de lenguas y de culturas(1) que la componen, superando definitivamente el pasado de guerras y de dominaciones y convirtiéndose en un agente global de paz y de progreso. Una Europa plenamente democrática, dependiendo sólo de la ciudadanía europea, capaz de promover la concertación global que debe permitir la regulación de los flujos que hoy campan sin norte(2). Una Europa que defienda y desarrolle al máximo la democracia y el estado del bienestar, de los que ha sido la cuna. Por una Europa, abierta al Mediterráneo y al diálogo entre culturas y civilizaciones, con una visión global de los problemas y de las soluciones, consciente de la trascendencia de los retos que tenemos delante y de las respuestas de fondo que hay que darles, particularmente los retos del cambio climático, del hambre y las guerras que producen las grandes migraciones y del terrorismo nihilista que arrastra a algunos jóvenes que no encuentran sentido en una sociedad materialista que los excluye. Una Europa que deberá superar el contratiempo del Brexit en una perspectiva de mayor integración, en el camino hacia unos Estados Unidos de Europa, con más democracia y un mayor compromiso social.
(1)           España y Europa son plurales pero cada Estado de derecho ha de funcionar con una lengua común..Nadie puede creer que es posible que Europa funcione con más de, veinte o diez lenguas oficiales. Habra un grupo de lenguas que serán las oficiales, y el resto de lenguas serán oficiales en el resto de territorios estatales y/o regionales… como en España. Como debería ser en Cataluña, en el que las dos lenguas oficiales deberían ser tratadas acorde a los intereses de los ciudadanos, no en tanto que lenguas minoritarias, o lenguas históricas del territorio. Cualquier otro supuesto es entrar,una vez más, en el mundo conceptual de ideologías reaccionarias contrarias a los ideales de libertad e igualdad.
(2) La Europa democrática, basada en el supuesto universal de ciudadanía, no de pertenencia a una identidad cultural . Una Europa que permita una promoción de la concertación global que debe permitir la regulación de los flujos actualmente sin control. Y lo será por su tamaño. Porque es más defendible la independencia de los ciudadanos, que quiere decir la de dejar al ciudadano que tome las decisiones que afecten a sus vidas en lo ámbitos a los cuales afecta su vida. Lo mismo para España, por tamaño es posible defendernos como ciudadanos,.

domingo, 4 de septiembre de 2016

COMENTARIOS CRITICOS A LA PONENCIA MARCO DEL PSC - I

RE FUNDACIÓN SOCIALISTA ha recibido este escrito dirigido a los socialistas en los que se refleja una serie de puntualizaciones hacia la PONENCIA MARCO de referencia para el próximo Congreso del PSC.
Esa PONENCIA MARCO, absolutamente infumable en cuanto que plantea propuestas claramente antagonica con los postulados de libertad e igualdad, fue comentada en otra de nuestras entradas (ponencia marco).
Dado el volumen de material enviado hemos decidido segmentarlo en varios posts. Aqui el 1º:

Ponencia Marco del PSC
para el congreso de 2016
Unos comentarios crítico-constructivos

      1. INTRODUCCIÓN
  Hemos leído con atención el texto del documento denominado Ponencia-marco del XXIII congreso del PSC . Después de la lectura hemos considerado necesario realizar un análisis crítico de su contenido y efectuar un trabajo de interpretación y valoración de los planteamientos allí recogidos. En los momentos tan complicados que se viven en Cataluña y el resto de España es de gran utilidad las aportaciones que ayuden a clarificar elementos conceptuales nacionalistas que, de una forma implícita o explícita se están transmitiendo.
  Como gentes de izquierda consideramos que los viejos ideales de libertad, y de igualdad son la piedra angular sobre la que edificar una sociedad que se dote de un Estado de derecho que garantice los derechos vinculados a estos principios básicos. Sabiendo que sin igualdad no es posible la libertad, y que sin libertad es imposible la igualdad y conscientes que solo nuestro compromiso cotidiano en la mejora de nuestro entorno social, hemos de exigir democracia real,  transparencia para evitar la corrupción, mejores sistemas de distribución de rentas para garantizar el acceso a los servicios básicos de sanidad, educación.
No es posible construir un Estado de derecho que nos proporcione libertad e igualdad si se construye en base a identidades culturales. Las sociedades modernas son culturalmente  plurales pero el uso de las identidades culturales como arma política solo es útil a las oligarquías locales en cuanto que plantea un elemento de identificación que borra las diferencias de clases por un lado, y la ciudadanía crítica por otro.
  Transcribimos el texto con notas críticas añadidas por nosotros y desarrollados en el recuadro

   2. PONENCIA MARCO
1 :  TIEMPOS DE CRISIS
El Partit dels Socialistes de Catalunya se propone, con este XIII Congreso, encauzar la vía de salida de la etapa más dura y difícil que le ha tocado vivir en democracia, en la que ha sido sacudido por los impactos internos  (1) y externos (2) de una crisis que denota grandes disfunciones y carencias de nuestro sistema político (3).
(1)    Es preciso recordar que la crisis interna se produjo a partir de la deriva nacionalista de la dirección. En primer lugar dió lugar a una salida de cuadros y militantes, muchos d ellos cuales fueron a Ciudadanos. Una parte cualitativamente importante de cargos electos del PSC decidieron  contemporizar con las políticas nacionalistas impulsadas por Más, el hombre que meses antes había tenido que llegar en helicóptero al Parlament ante la ira popular por la política de recortes. Que los cargos electos se fueran, precisamente a organizaciones nacionalistas, nos debería dar una idea del criterio de selección interno del Partido a la hora de decidir la composición de sus listas electorales, en cuanto que refleja el divorcio existente entre los que detentan el control del Partido, la base militante y, sobre todo, los votantes del Partido.
(2)    Es obligado recordar que el factor crisis económica, como factor externo, es uno, pero que el momento de la fuerte crisis para el PSC vino precisamente cuando el mundo nacionalistas acelero maquinas e inicio un proceso de secesión que pretendía romper con la legalidad vigente. Y la crisis interna del PSC vino de ese elemento externo que actuó de catalizador para que algunos dirigentes de la organización, con gran peso, decidieran forzar la realidad interna.
 (3) Evidentemente el sistema político tiene muchas carencias y disfunciones, la clave de bóveda de ese problema dependerá del análisis que se puede efectuar. La lectura nacionalista precisamente habla que el problema radica en un desencaje de Cataluña en España. Habla de realidades diferentes, España-Cataluña. Habla de un déficit fiscal que exige una reorientación que garantice ordinalidad. Pero el PSC no es nacionalista ¿Por qué utiliza conceptos nacionalistas?
¿Que análisis  se realiza desde la izquierda?, La izquierda, el PSC, debería plantearse como poder profundizar políticas de redistribución que no hagan caer el peso de la crisis en los trabajadores. Debería potenciar en la política  igualdad entre todos los ciudadanos de este Estado de derecho que es España en lugar de formular divisiones que acaban facilitando que se avance en la desigualdad. Sabemos que intereses piden que se profundice en crear diferentes realidades,  y sabemos las consecuencias que tiene para las clases populares.
 En definitiva, el análisis ha de realizarse a partir de lo que ha sido el leitmotiv de la izquierda: la construcción de un espacio político que garantice derechos y libertades.

Una crisis que es, en buena parte, la crisis de la política que afecta a todas las sociedades democráticas de nuestro entorno(1). La crisis del modelo democrático meramente representativo, ante una ciudadanía cada vez más informada y más madura, con una creciente exigencia de participación y de corresponsabilidad. Incrementada por la crisis de confianza generada por la ignominia de la corrupción, que hace a la vez una exigencia exasperada de desinfección y de transparencia.
(1)   Un análisis que no nos puede hacer olvidar que lo que está ocurriendo en el resto de sociedades europeas, dentro de un proceso de regresión respecto a las libertades y a la igualdad. En un proceso constante de acumulación capitalista a costa de rentas de trabajo, todo en un proceso de construcción europea que se sitúa al margen de la capacidad de decisión y de los intereses de los ciudadanos europeos. Los dirigentes de la Unión Europea aplican una política neoliberal que están recortando los derechos sociales en sus respectivos Estados. Todo en un proceso en el que la falta de transparencia y de legitimidad democrática son los sellos de marca, con la corrupción como telón de fondo.

Y que es también, muy especialmente, la crisis del Estado democrático frente a la globalización de la economía y las finanzas y, con ella, la crisis de las políticas socialdemócratas, hechas a la medida de unos Estados que quedan por debajo de los flujos globales, impotentes para incidir y embridar los excesos( 1). Situación que denota la ausencia y la necesidad urgente de implantar, a escala europea y a escala global(2), el modelo socialdemócrata que se había implantado con éxito en el ámbito de los viejos Estados europeos: el modelo, hoy en riesgo, del Estado del Bienestar.
(1) Este reconocimiento de que los Estados son impotentes para poder superar los excesos, es clave para explicar precisamente algunos de los puntos que paradójicamente se plantean en el conjunto de la ponencia marco. Si se acepta que los Estados no tienen suficiente fuerza entonces se debería concluir que es necesario aglutinar a los ciudadanos en entes de mayor tamaño porque es la única manera de superar el poder de las grandes estructuras capitalistas
 (2) Se acepta la necesidad de que se actúe globalmente y resulta sorprendente la constante tendencia de pensar siempre en términos de construir una nación, en una posición localista que no es ni tan siquiera una mala lectura del principio de subsidiaridad, sino que es una consecuencia de las tesis de la ideologica nacionalista.
Es paradójico que se acepte esa globalidad, no solo la globalidad europea, y constantemente se esté resistiendo a aceptar lo que supone España, que es una realidad política ya construida y sobre la que los trabajadores podemos organizarnos para mejorar nuestras condiciones de vida, profundizar en nuestros derechos, mejorar en nuestras libertades.

Más  aún. Se trata también, en nuestro caso, de la crisis del Estado autonómico como vía para articular la relación entre Cataluña y España(1). La sentencia contra el Estatut(2), sumada al escamoteo de las “nacionalidades”(3) constitucionales y a la insuficiencia y la percepción de opacidad y falta de equidad del actual modelo de financiación y de inversión del Estado en Cataluña(4), así como la suma de despropósitos del gobierno del PP, han provocado en nuestro país un gran movimiento de afirmación nacional y de rechazo del actual modelo de relación con el resto de España(5). Un movimiento que ha sido parasitado por la operación de refundación de CDC, mediante la impostura independentista, y que reclama con urgencia una auténtica estrategia nacional que lo saque del callejón sin salida en que se encuentra y que le abra una perspectiva innovadora y viable.
(1) ¿De donde sacan que la crisis del estado autonomico es causado por la incapacidad de encontrar un modo de articular la relacíon de Cataluña y España? Esa afirmación tan común en los partidos nacionalistas resulta extraña en la medida que ya no están aquellos elementos que pedían una aceptación firme del PSC del programa que llevaría a la secesión.
Hablar de crisis del estado autonómico desde una óptica socialista debería exigir hablar de las tendencias lombardas inscritas en las tesis del déficit fiscal; del problema del calculo del CUPO vasco por las desigualdades entre ciudadanos que genera; hablar de las dificultades para el movimiento de trabajadores que implican las legislaciones lingüísticas restrictivas; hablar de recentralizar la administración sanitaria como una manera de facilitar una igualdad en los servicios médicos a la población ( eso redundaría en una mejora, al modo de cómo esta funcionando el sistema de trasplantes ); hablar del principio de subsidiaridad como vía que mejore el funcionamiento, ayude a la participación ciudadana; hablar de introducir medidas que evite la formación de intereses puramente locales para las diferentes élites económicas y políticas autonómicas.
NOTA: En un lenguaje menos nacionalista y basado en la realidad internacionalmente reconocida, seria más adecuado hablar del resto de España.
(2) La sentencia del Estatut, espantajo habitual del mundo nacionalista, no debería ser utilizado por un partido de izquierdas que proclama la primacía del ESTADO DE DERECHO y de la legalidad. En un Estado de Derecho jamás la izquierda puede poner en duda que una sentencia de un ente como el Tribunal constitucional no es parte de las reglas del juego que todos deberíamos aceptar. ¿Qué es lo que nos enseña esa sentencia? Esa sentencia nos indica que antes de pasar a referéndum un Estatuto debe pedirse primero la opinión al Constitucional y nunca al revés… Evidentemente eso es un disfunción que exigiría una adaptación del Estatut, algo que los socialistas deberían abanderar. Hay que aclarar que el Estatut que se presento ha sido aceptado en su mayoría de articulado, y solo algunos capítulos han sido afectados por la sentencia del TC.  Pero ,podríamos ir más lejos y plantearnos que necesidad había que un gobierno de izquierdas con mayoría del PSC elaborase una nueva propuesta de Estatut cuyo artículo fundamental es definir a Cataluña como sujeto soberano, afirmación claramente inconstitucional.
 (3) Decir que se escamotean “las nacionalidades” , es evidentemente una falta de respeto a la realidad, en un momento en el que el poder político catalán practica unas políticas culturales prácticamente separadas de las del resto de España, sobre todo en el terreno lingüístico. Es otro dogma que viene del mundo nacionalista.
(4) Hablar de insuficiencia, termino objetivable, junto a percepción, termino subjetivo, en un documento político, es confuso. Es evidente que la insuficiencia de financiación e inversión es común a todas las administraciones. Los socialistas catalanes han de actuar con el conjunto del socialismo en España para clarificar las necesidades de la ciudadanía y efectuar una distribución de recursos públicos acordes. Mirando solo una parte del territorio se traiciona el carácter universalista del socialismo. Y en el marco del socialismo español deberíamos colaborar con el resto de fuerzas de izquierda europeas con miras a controlar la política de financiación e inversión que está realizando la Comisión en el ámbito de la Unión.
(5) Hablar de un gran movimiento de reafirmación nacional sin recordar aquí el papel jugado por los medios de comunicación públicos, con un importante uso de propaganda política es  ocultar parte de la realidad, ya que resulta necesario para explicar lo que finalmente paso con el “éxito” de convocatoria de la movilización “nacionalista”. Sin esa propaganda constante y reiterada en los medios de comunicación públicos y privados (programas monotemáticos de TV3 fueron constante y machaconamente publicados en las televisiones de los hogares catalanes).
Hay que recordar que las subvenciones a los medios privados han sido considerables, y no es difícil sacar la conclusión de que hay una relación entre esa subvención y el mensaje que los medios transmitían de cara a agitar a la población, como no es difícil concluir que se consiguieron esas cifras de manifestantes (cifras que evidentemente fueros magnificadas por el mundo nacionalista) gracias a esa labor de propaganda pagada con dinero de todos.
El hecho de que a esas manifestaciones se haya dedicado dinero publico directamente o indirectamente explicaría en que grado se ha fabricado el problema.
Los socialistas deberían analizar más profundamente el mapa político territorial para entender cual ha sido la presencia de población en las citadas manifestaciones nacionalistas….
En definitiva ha sido un fenómeno nacionalista fabricado por el poder político que ha gastado ingentes cantidades de recursos públicos en ello.

Y, como consecuencia de todo ello, se trata también de la crisis del proyecto estratégico del socialismo catalán, en su voluntad para conducir Cataluña hacia nuevos escenarios de progreso, hacia posiciones avanzadas y de nuevo pioneras, y para articular la mayoría social y electoral que lo hará posible. Porque, si Cataluña ha pervivido a contracorriente de los sucesivos intentos de reprimirla y de asimilarla y si ha mantenido alta su capacidad integradora y su unidad nacional, ha sido porque ha sobresalido en espíritu innovador, porque su posición adelantada ha generado proyectos colectivos con los que la pluralidad de su ciudadanía se ha podido sentir identificada y hermanada.(1)

Desde la izquierda deberíamos hablar de que lo que se ha intentado reprimir ha sido las ansias de libertad y de mejora de las clases populares en unos momentos en los que los servicios básicos se han degradado enormemente -cierre de quirófanos y camas hospitalarias, presencia de barracones escolares y no substitución de profesorado en ILT.. etc-. Unos momentos en los que ha aumentado el paro y las prestaciones a los desocupados, en que muchas familias han sido expulsadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca o el alquiler...
Ahora bien si hemos de hablar de que tras casi 40 años de sistema autonómico se siga utilizando el lenguaje victimista respecto a elementos simbólicos que son tradicionalmente territorio del nacionalismo es que en algo nos estamos equivocando. Quizás eso nos indica que parte de la crisis del socialismo catalán viene precisamente por esa percepción del votante de coincidencias de intereses con el mundo nacionalista, de derechas o de izquierdas (algo sorprendente.. ¿nacionalismo de izquierdas?).
Tras casi 40 años de políticas nacionalistas, cuando en cualquier espacio público dependiente de las administraciones catalanas (Generalitat, Diputaciones, Ayuntamientos….) esta ocupado por elementos simbólicos procedentes del ámbito nacionalista, con una presencia casi única de la lengua catalana, y con una lengua castellana o española referida exclusivamente al ámbito privado, hablar de intentos de reprimir y de asimilar una entidad –que no lo mencionan pero en Cataluña es una referencia constante a “La Nación catalana”-  es meterse de lleno en el mundo reaccionario del nacionalismo, Además que visto lo sucedido en todos estos años habría que concluir que esa “Nación” no solo no es reprimida y asimilada sino todo lo contrario.

2 : POR UN “NUEVO INICIO” DEL SOCIALISMO CATALÁN
Por estas razones, para superar las diversas crisis que afectan hoy nuestro país, el PSC se dispone a repensar y reformar sus políticas, a repensarse y reformarse a sí mismo. Lo que no es ninguna novedad. El socialismo democrático, la causa más vieja de todas las causas, heredera de los sucesivos movimientos de la humanidad por la libertad y la justicia, ha tenido que empezar de nuevo, de emprender “nuevos inicios” (en palabras de Willy Brandt), en muchas otras ocasiones. Y ha sabido hacerlo, ha sabido pulsar la tecla “Reiniciar” sin miedos conservadores, con generosidad, con altura de miras, superando vicios, inercias y humanas tacañerías, consiguiendo ser siempre la causa más joven y más innovadora. Esto ha sido posible gracias a la naturaleza antidogmática(1) de sus valores y de su manera de hacer, gracias a la capacidad de revisar planteamientos y de adaptarse a las nuevas necesidades, gracias a la condición no dogmática de sus convicciones.
—Ha sido así desde el socialismo “icariano” de la primera mitad del XIX,
—pasando por el auge del movimiento obrero y la creación de los grandes partidos socialistas en la Europa de finales del XIX; en Cataluña, con Les Tres Classes de Vapor, la UGT y la Federación Catalana del
—PSOE y con la ulterior creación de la Unió Socialista de Catalunya (USC),
—por la oposición a la deriva leninista o comunista y por un compromiso permanente con la causa de la libertad;
—por el intento de confluir con parte del movimiento libertario hacia la creación de un gran partido laborista catalán, frustrado por el asesinato de Salvador Seguí y de Francesc Layret a manos de los pistoleros de la patronal;
—por la creación del POUM, con su valiente y trágica denuncia del estalinismo;
—por el ensayo frustrado de reencuentro en el marco del PSUC, en 1936;
—por la creación del Moviment Socialista de Catalunya (MSC), en 1945, a partir del POUM;
—por proceso de unidad del socialismo catalán, a partir de 1974, iniciado con el proceso de Convergència Socialista de Catalunya y del PSC-Congrés y que culminaría conjuntamente con la Federación Catalana del PSOE en la candidatura “Socialistes de Catalunya” del año 1977 y el Congrés de la Unitat Socialista en 1978, que llegaría el PSC-Congrés, la Federación(2) Catalana del PSOE (en la que había confluido el PSP Català) y el PSC-Reagrupament; que, con la victoria de 1977, haría ineludible el retorno de la Generalitat exiliada; y que se convertiría en la garantía de la unidad civil de nuestro pueblo(3) contra todo intento “lerrouxista”: “Unidad socialista, fuerza del pueblo”, “Somos y seremos un solo pueblo”.
—por la labor que desarrollaría, durante años, consiguiendo la regeneración y dinamización de las villas y ciudades de Cataluña, con la culminación de 1992, que instauraría internacionalmente el “modelo Barcelona” y que, en ese momento, situaría en la retina del mundo la Cataluña abierta y avanzada que queremos.
(1) Si hablamos de antidogmatismo deberíamos cuestionar gran parte del discurso de esta mismo ponencia marco, dado que nos presenta una serie considerable de elementos  procedentes del ideario reaccionario del nacionalismo.
(2) Muchos socialistas no estarían de acuerdo en la forma en que se presenta este desarrollo del partido, en cuanto que omite información. Es necesario una exposición histórica que recoja otras sensibilidades del socialismo español en general y catalán en particular. En la distancia muchos socialistas ven un gran error del PSOE ceder al nacionalismo socialista, ese espacio social y electoral. El resto de fuerzas que confluyeron con la Federación Catalana del PSOE eran electoralmente testimoniales. El voto que se jugaba en ese momento era el proveniente de los diferentes cinturones obreros, que querían votar PSOE. Los dirigentes del PSC-PSOE  les decían que votarles a ellos era votar al PSOE, aunque el tiempo ha verificado lo contrario, porque han acabado finalmente en el espacios ideológico del nacionalismo. Los Maragall, los Serra. los Nadal  cuando hablaban de catalanismo, sin duda, se referían a nacionalismo. Los líderes del la F.C.PSOE fueron desapareciendo a favor de los provenientes de los sectores del nacionalismo-catalanismo socialista. La aplicación de filtros simbólicos, que se introdujeron a partir de la propia definición de catalanismo, fueron substituyendo las personas, provenientes del mundo obrero en su mayoría, por otras que, con una mayor formación, cumplían con los requisitos de catalanidad exigidos.
 (3) Unidad de nuestro pueblo solo es comprensible si implica la aceptación de la pluralidad cultural que compone ese pueblo. Cualquier análisis de lo que es Cataluña debería pasar por aceptar el principio de que es el conjunto de sus ciudadanos y no una entidad uniforme. No puede aceptarse que se pretenda una adaptación a un determinado modelo alegando razones históricas. La historia no legitima las acciones que se desarrollen en el presente, esas acciones deben legitimarse por si mismas desde postulados democráticos. En definitiva, la historia solo nos explica cómo se llega a una determinada situación y es partir de ella cuando decidimos si queremos mantener o cambiar lo que nos viene dado.
(4) A lo largo de esta ponencia ya vamos viendo que la confusión entre nacionalismo y catalanismo es constante. Se llega a la conclusión que cuando algunos hablan de catalanismo es para evitar presentarse ante el PSOE y ante su electorado como una organización que propugna similares puntos a los que caracteriza a los partidos de ideología nacionalista. El termino catalanista así definido se convierte en una cortina de humo para seguir ocupando un espacio que ideológicamente no les corresponde.
—por la participación en el gobierno socialista español, con el despliegue del Estado del Bienestar, la incorporación en Europa y la consolidación democrática;
—y por el gobierno catalanista y de izquierdas a partir de 2003, con su “catalanismo social”(4) y la reforma del Estatut, saboteado después por la derecha española.
Ha llegado la hora de volver a reinventarnos. De tener de nuevo la inteligencia, la audacia y la generosidad de replantear nuestra estrategia y la naturaleza del propio instrumento-partido, para ser fieles a nuestros principios socialistas y a la razón de ser del socialismo catalán: gobernar Cataluña para hacerlo avanzar hacia nuevas cotas de libertad y de justicia, de igualdad, de dignidad humana, de prosperidad, de seguridad, de realización nacional, de solidaridad, de europeísmo, de cooperación internacional.
 Insistimos que en un partido de izquierda hablar de realización nacional es someterse a un discurso que no le es propio. Cataluña es una sociedad plural, bilingüe y con identidades culturales diversas y complejas. En ese contexto hablar de realización nacional es mentar propuestas nacionalistas y aquellos elementos que invalidan precisamente el deseo de mayores cotas de libertad, justicia, igualdad, dignidad….