domingo, 11 de septiembre de 2016

COMENTARIOS CRÍTICOS A LA PONENCIA MARCO DEL PSC - II

UNA SOCIEDAD EN TRANSICIÓN
Una vez más, pues, el socialismo catalán se dispone a pasar página. Lo haremos sin pesar, sabedores de que no hay verdades absolutas, que sólo somos un instrumento al servicio de la libertad y de la justicia. Y que no hay doctrina ni interés ni costumbre ni inercia que puedan prevalecer sobre estos objetivos básicos, sino que todo debe supeditarse a ella. Y que sólo nos valen las herramientas que nos permiten trabajar a favor de estos objetivos, hoy y aquí, de manera eficiente, según exige la gran transición que vive nuestra sociedad. Porque estamos en tránsito hacia un nuevo marco político, económico y social, donde muchos de los referentes válidos de ayer han perdido su significado.
Lo importante no es otra cosa que la libertad y la justicia, la “realización nacional” solo tiene sentido si estamos buscando con ello mayores cuotas de libertad e igualdad, los elementos que permiten construir una sociedad más justa. Cualquier otra consideración identitaria se presenta así contraria a esos objetivos
La inercia constante en volver a debatir sobre identidades, sobre cuestiones que son de naturaleza difusa y confusa respecto a avanzar en cuotas de libertad e igualdad, debe ser superada y empezar a cuestionar los dogmas que de forma espurea ha colocado en el mundo de la izquierda el nacionalismo.
Nuestra sociedad se ha visto sacudida por una crisis económica que ha descosido sus costuras y que ha roto los equilibrios sociales y generacionales, resultando una sociedad más escindida que nunca, carente de un proyecto claro y común que la impulse hacia el futuro, frustrada por las falsas promesas e ilusiones, cansada del politiqueo sin norte y necesitada de una política verdaderamente reformadora y transformadora.
Profundizar en el tema social, en localizar las fuentes de injusticia, en buscar soluciones a los problemas cotidianos de los ciudadanos… en cuestiones de salud, de educación, de conseguir que las personas puedan alcanzar cotas de bienestar cada vez mayores porque se consiguen empleos de calidad, bien retribuidos etrc. Eso es la clave del socialismo

A pesar del vendaval que todo ello ha supuesto, con los correspondientes costes electorales, el PSC ha mostrado una considerable capacidad de resistencia y, cuando algunos lo daban por acabado, ha conseguido mantenerse de pie. Y es que, más allá de estos tiempos de crisis, persiste en la gente el recuerdo del trayecto seguido y de los hitos conseguidos de la mano del socialismo catalán, lo que le confiere todavía un margen importante de confianza.
Por eso, hoy manifestamos nuestra voluntad de sacar al país del momento incierto en que se encuentra. Sabemos que tenemos futuro, porque sólo la síntesis inseparable de libertad y justicia que encarna el socialismo democrático puede ser útil hoy en nuestra sociedad para hacer frente a los peligros que la acechan: el cinismo egoísta e insolidario, los populismos nacionalistas enfrentados, los radicalismos utópicos que tienden al absolutismo.
Es necesario mostrar una voluntad de actuar conjuntamente con el PSOE para solucionar los problemas que afectan a las clases populares de todo el país, conscientes de que es necesario que salgamos todos conjuntamente de esta crisis y conscientes de lo que hay que hacer es unir y no separar.  En este último caso nos convertiríamos en piezas  que podrían ser utilizadas por aquellos elementos que han provocado la crisis y siguen sacando numerosos beneficios de ella, a causa de la debilidad de los agentes sociales, de la izquierda…

 Sabemos que podemos ser muy útiles, de nuevo, siempre que seamos coherentes con nuestra identidad fundacional y al mismo tiempo seamos capaces de reinventarnos de arriba a abajo, generosamente, impulsando una política reformadora capaz de encontrar una salida justa a la crisis económica, de impulsar una vida democrática de calidad y de conseguir un encaje óptimo de Cataluña en nuestro entorno hispánico y europeo.
Hemos de reinventar el socialismo catalán, profundizando en los niveles de de cooperación con el PSOE, en contactar con la izquierda europea. El retorno a las viejas recetas basadas en el uso de la identidad nacional como cemento de la sociedad nos ha alejado de parte de nuestro electorado, que no coincide con los elementos identitarios de naturaleza cultural que durante muchos años se han propuesto desde el PSC por parte de algunos miembros que ubicados en posiciones organizativas clave dentro del partido.
La salida de esas personas, y su voluntaria reubicación en partidos nacionalistas –que nos da una idea de cuales fueron sus intenciones para el PSC- debería ser aprovechada en esta nueva fase para fortalecer el mensaje social y dejar claras las distancias frente a las posiciones nacionalistas, que aunque sean hegemonicas en Cataluña –respecto al poder político- tienen propuestas contrarias a los intereses de las clases populares respecto a la búsqueda de la libertad, la igualdad y la justicia social.
 Es tradicional en Cataluña eludir mencionar la palabra España. Se busca así  formular que es una mera realidad administrativa que puede ser substituida, como el que cambia de coche. De la misma manera que no hablamos de Comunidad Autónoma de Cataluña cuando nos referimos a Cataluña, no deberíamos ceder a este lenguaje prestado del nacionalismo. España es una realidad social y política igual que Francia, Italia o Portugal ( no decimos Estado francés, Estado italiano o Estado portugués).

3 : LA IDENTIDAD DEL PSC
Nos queremos reinventar, no en el vacío ni partiendo de cero, sino reafirmando los principios que nos inspiran, releyéndolos a la luz de las transformaciones sociales en curso. Conscientes de que los principios expresan un sentimiento y una voluntad, pero que no constituyen una guía concreta y precisa para la acción política y que, por tanto, sería un error refugiarse y creer que su repetición como una letanía equivale a un proyecto político. Otros se pueden conformar, pero no el socialismo democrático, que siempre ha sabido traducir sus principios en propuestas concretas y realidades, mediante una obra de gobierno transformadora y responsable. Saber de dónde venimos no parece suficiente para saber dónde queremos ir. Hay que ser fieles a nuestros principios, pero no como refugio de una realidad que se divorcia, sino que hay que hacerlos visibles en las conductas individuales y colectivas y en unas políticas coherentes, prácticas y eficientes.
Hay que reinventarse, de acuerdo, pero aceptando el principio de realidad, de la realidad de lo que es Cataluña, de su configuración como una parte de España, y a través de ella como una parte de Europa. Que la construcción de una sociedad libre exige aceptar que la identidad es algo cambiable, solo dependiendo de lo que libremente cada ciudadano decida aceptar…. Sin que se le pretenda conducir hacia una determinada dirección a través de los medios de comunicación o por el uso de programas de enseñanza que están orientados a conformar una ideología, Conscientes de la única intervención del poder publico en la construcción de identidades es aquella que solo busca que los ciudadanos se sientan parte de una sociedad que de forma abierta permite a cada uno sentirse parte de ella porque les garantiza derechos y libertades.

En todo caso, nuestra carta de identidad se puede resumir en los TRES BLOQUES siguientes:
1.SOMOS DEMÓCRATAS
y ponemos a las personas, su libertad, su dignidad, sus derechos, su plena capacidad de controlar la propia vida y de desarrollar su potencial, en el centro de nuestras propuestas y nuestras políticas. Defendemos el Estado de derecho, el principio de legalidad, el principio de responsabilidad y el compromiso cívico y político.
La persona es el sujeto último de la acción política. El ciudadano es el titular de la soberanía y es ciudadano en cuanto forma parte de un Estado de derecho que se lo garantiza. A ese ciudadano, desde una óptica que valore su libertad, su dignidad y sus derechos, no puede ser sometidos a otros entes que se presentan como soberanos a ojos de determinadas ideologías. Cualquier sujeto que posea un derecho por encima de la soberanía que una democracia da a un ciudadano tendrá como consecuencia una perdida de libertad. En Cataluña los nacionalistas hablan de Cataluña con una nación soberana que se acaba identificando exclusivamente con los que se identifican con unas características ideológicas y políticas.

Queremos ir más allá en la cultura democrática, desarrollando sobre todo la PARTICIPACIÓN CIUDADANA en los quehaceres de lo común, la actuación “desde abajo” (como decían los federalistas catalanes del XIX), desde la propia sociedad, desde cada municipio y cada territorio. Queremos avanzar en la autoorganización social, en la autogestión de los usuarios y en la cogestión de los servicios públicos. En el contexto de la corresponsabilidad social debida, reivindicamos el derecho de autodeterminación de las personas, en las que recae la titularidad de la libertad.
Fomentar la participación, replanteando el sistemas político de forma que en base al principio de subsidiaridad, acerque la política al ciudadano. Fomentar la participación ciudadana mediante mecanismos que garanticen que hay formas de expresión y comunicación entre el nivel de toma de decisiones oportuno según el principio de subsidiraidad y el propio ciudadano.

Por ello, somos GENTE EMPRENDEDORA y que quiere impulsar la iniciativa personal y la iniciativa cooperativa, la libertad asociativa y empresarial, la innovación y la competencia leal, dentro de una economía de mercado competitiva, socialmente responsable, sin monopolios, al servicio de la calidad y la máxima eficiencia. Que haga del trabajo un derecho y una oportunidad para la emancipación de las personas. Y que establezca previsiones sustitutorias cuando, en un futuro no lejano, la demanda de trabajo humano remunerado disminuya debido a la creciente implantación tecnológica, que debe suponer también el aumento de la productividad y de las plusvalías, en relación con las cuales será necesario establecer NUEVAS FORMAS DE REDISTRIBUCIÓN DE LAS RENTAS que garanticen a todos los mínimos que exige la dignidad humana.
Somos gente que cree en la CULTURA, en su papel empoderador y emancipador de la ciudadanía e impulsor de la creatividad y la innovación. Por ello, hay que garantizar siempre la plena libertad de pensamiento y de creación. Por ello, queremos situar la cultura al alcance de todos y despertar la capacidad crítica, expresiva y creativa de cada uno. Hoy, por otra parte, la cultura se ha convertido en la materia prima de la sociedad del conocimiento, de la información y la comunicación, lo que abre grandes posibilidades de futuro, pero que también conlleva el riesgo de su banalización. Todo ello requiere, como opción básica, una EDUCACIÓN PÚBLICA Y DE CALIDAD PARA TODOS, concertada con el resto de políticas de gobierno y con las iniciativas sociales que inciden en la cultura (en la concepción de “ciudad y sociedad educadora”), de cara a la formación integral de la persona, en el campo científico y técnico, en el campo humanístico y en el campo artístico.
2.SOMOS DE IZQUIERDAS
progresistas, gente comprometida con las clases populares, con el mundo del trabajo, con los parados, con toda forma de “precariado” que la crisis económica ha hecho proliferar, con los que sufren cualquier tipo de opresión o de exclusión. Venimos del sindicalismo obrero que plantó cara a la explotación extrema del primer capitalismo industrial. Queremos hacer reformas para alcanzar una sociedad del bienestar, inclusiva y cohesionada, con la defensa del espacio público, la justicia social, la igualdad y el bien común.

Por eso mismo, somos FEMINISTAS, porque no podemos tolerar la discriminación y la sobreexplotación de la mitad de la humanidad. Defendemos la plena igualdad entre los hombres y las mujeres. Queremos conseguir que ambos géneros compartan, a partes iguales, el trabajo y el ocio, las responsabilidades familiares, políticas y cívicas, el compromiso y la recompensa. Y queremos una acción pública y una acción social y cultural que unan fuerzas, con el fin de presentar batalla definitiva contra el machismo y contra la violencia que le es inherente y que está en la base del autoritarismo patriarcal. Como también queremos el pleno reconocimiento público y social de la no discriminación por razón de orientación sexual, opción afectiva sexual, identidad de género o expresión de género de cada uno, acabando así con una opresión y un sufrimiento inaceptables.

Somos GENTE SOLIDARIA, dispuesta a socorrer y ayudar al prójimo necesitado, a hacer nuestro su combate, tanto lo que nos es más cercano como el que nos es más lejano. Dondequiera que haya un ser humano que sufre, toda la humanidad se debe volcar. Es moralmente obligado. Consideramos prioritario un COMPROMISO GLOBAL destinado a acabar con el hambre, la pobreza, la explotación infantil, el analfabetismo y la enfermedad endémica en todo el mundo. Queremos promover, en esta dirección, programas fruto de la concertación global que permitan superar estas lacras que atentan contra la dignidad humana más elemental. Por la misma razón, queremos combatir el crecimiento escandaloso de la desigualdad en nuestro país y en el mundo. Las personas somos diferentes, diversas, pero iguales en dignidad: en este sentido, la IGUALDAD es una cota moral irrenunciable. 

Somos ECOLOGISTAS, porque somos solidarios con nuestros hijos y nietos, con la humanidad futura, a la que no podemos legar el expolio del planeta por toda herencia. Queremos proteger el medio ambiente, mediante políticas eficientes que garanticen la buena salud de la naturaleza, la preservación de los recursos naturales y del paisaje, así como un desarrollo sostenible y un nuevo modelo energético que asegure el progreso y el bienestar para todos.

Y somos GENTE DE PAZ, que quiere promover la seguridad, el control de los armamentos y la resolución pacífica de los conflictos, así como una humanidad cooperativa y solidaria, capaz de superar el recurso a la guerra y a toda violencia, de abrirse a nuevas cotas de desarrollo humano, de libertad y de responsabilidad.
3.SOMOS CATALANISTAS,
es decir, que queremos toda la libertad y toda la justicia para nuestro pueblo(1), al que nos debemos, al que aspiramos a representar y del que demandamos la confianza. Queremos una Cataluña capaz de forjar su futuro como nación(2), garantizando así la continuidad de su lengua y su cultura(3) en una relación federativa y plurinacional con España(4). Y en la primera posición de la urgente construcción europea. Y ponemos ante todo la cohesión social y nacional de la ciudadanía de Cataluña, porque la nación no es otra cosa que el consenso renovado de la ciudadanía(5), desde su pluralidad(6). Y atenta contra la nación todo lo que rompe la unidad civil de nuestro pueblo.
 ( 1) Si hablamos de pueblo, desde la izquierda hemos de considerar a este término como un concepto que utilizamos para referirnos a un conjunto de ciudadanos que habitan en un determinado espacio geográfico.
 (2 ) De nuevo es necesario clarificar conceptos. Cuando se utiliza el termino nación tal como lo definen los nacionalistas, es que estamos entrando de lleno en su propio espacio conceptual, un espacio que es antagónico al del socialismo, en cuanta que nos limita los supuestos fundamentales de la izquierda: la libertad y la igualdad. El hecho de que se presente la identidad cultural como el nexo de unión de una sociedad es una restricción a la libertad del ciudadano, que únicamente debería compartir la identidad de pertenecer a una entidad política que le garantiza derechos y libertades. El resto de elementos identitarios  que vienen como consecuencia de la intromisión de la ideología nacionalista: pasado histórico, voluntad de ser… no son más que cortapisas al libre desarrollo de la persona y un problema para los postulados democráticos.
(3) Si hay que garantizar algo debería ser que nadie viera sus derechos lingüísticos atacados.  En cuanto que el sujeto político que debemos defender son las personas en cuanto ciudadanos y las lenguas son instrumentos de comunicación de las personas y de la Administración con los ciudadanos.. En una sociedad donde los términos tienen una carga conceptual clave es preciso aclarar que hablar del catalán como lengua propia y de una supuesta cultura catalana reglamentada por élites culturales implica una visión homogeneizadora de la sociedad catalana. Forzosamente, en una compleja sociedad plural y multiidentitaria,  muchos han de quedar fuera del molde que se propone como correcto. Es precisamente lo que los nacionalistas han hecho servir para avanzar en su modelo identitario: aquel que no encaja con él no puede acceder plenamente a los derechos de la nación. Algo que tiene evidentes consecuencias respecto a la distribución de recursos públicos.
(4) El uso perverso del termino federativo, acercándolo a una posición confederal y relacionándolo con el concepto de nación –tal como lo definen los nacionalistas- no solo contradice los puntos de la propia ponencia marco (SOMOS DEMOCRATAS, SOMOS DE IZQUIERDAS, SOMOS SOLIDARIOS) además es que son propuestas que coinciden con los puntos tradicionales del nacionalismo. Es esa posición lo que ha puesto en riesgo el contacto con el votante tradicional del PSOE, sorprendido de encontrar a un partido nacionalista hospedado dentro de las siglas del socialismo español.
(5) Evidentemente después de todo el lenguaje anterior esto no pasa más que a ser una mera agrupación de palabras que a modo de cortina de humo se utiliza para esconder que el termino nación que ellos usan no es un consenso renovado de la ciudadanía, en tanto que la nación es un elemento basado en hechos que superan ese concepto y quer necesita superar a la realidad de los propios miembros de la sociedad, qure siendo plurales no tienen porque compartir los hechos de identidad cultural que se proponen
(6) La pluralidad esta considerada en este tiempo como algo que se soporta, y como tal esta supeditada a la realidad que ellos quieren construir que en absolouto es plural.

Somos FEDERALISTAS, porque la unión federativa es el método que nos ha de permitir el gobierno de las interdependencias crecientes y las soberanías compartidas(1) que aseguren la prosperidad y el bienestar en un marco democrático de calidad, desde el nivel más cercano de la sociedad y el municipio, hasta Europa y el mundo. Contra nuestra voluntad reformadora y federalista, se alza hoy el populismo nacionalista y el populismo retóricamente de izquierdas, conservadores del poder menguante de los Estados, insolventes, demagógicos. Es el más grande peligro que amenaza el presente y el futuro de la humanidad. Es el camino hacia los nuevos totalitarismos. Frente a la repetición esperpéntica de la historia del siglo XX, propugnamos una perspectiva audazmente reformadora, capaz de construir mayorías sociales y democráticas y de hacer, en el ámbito europeo y global, lo que la socialdemocracia ya ha hecho en Europa, en el ámbito estatal hoy en retroceso.
Después de la utilización del termino nación en clave ideologica nacionalista, es preciso aclarar que las soberanías compartidas es lo que precisamente implica una Constitución democráticas, pero que deben considerarse respecto a otros entes soberanos… es decir respecto a otros estados.
Somos EUROPEÍSTAS. Queremos acelerar la construcción de la Unión Europea. Por una Europa, donde se reencuentren armónicamente la diversidad de pueblos, de lenguas y de culturas(1) que la componen, superando definitivamente el pasado de guerras y de dominaciones y convirtiéndose en un agente global de paz y de progreso. Una Europa plenamente democrática, dependiendo sólo de la ciudadanía europea, capaz de promover la concertación global que debe permitir la regulación de los flujos que hoy campan sin norte(2). Una Europa que defienda y desarrolle al máximo la democracia y el estado del bienestar, de los que ha sido la cuna. Por una Europa, abierta al Mediterráneo y al diálogo entre culturas y civilizaciones, con una visión global de los problemas y de las soluciones, consciente de la trascendencia de los retos que tenemos delante y de las respuestas de fondo que hay que darles, particularmente los retos del cambio climático, del hambre y las guerras que producen las grandes migraciones y del terrorismo nihilista que arrastra a algunos jóvenes que no encuentran sentido en una sociedad materialista que los excluye. Una Europa que deberá superar el contratiempo del Brexit en una perspectiva de mayor integración, en el camino hacia unos Estados Unidos de Europa, con más democracia y un mayor compromiso social.
(1)           España y Europa son plurales pero cada Estado de derecho ha de funcionar con una lengua común..Nadie puede creer que es posible que Europa funcione con más de, veinte o diez lenguas oficiales. Habra un grupo de lenguas que serán las oficiales, y el resto de lenguas serán oficiales en el resto de territorios estatales y/o regionales… como en España. Como debería ser en Cataluña, en el que las dos lenguas oficiales deberían ser tratadas acorde a los intereses de los ciudadanos, no en tanto que lenguas minoritarias, o lenguas históricas del territorio. Cualquier otro supuesto es entrar,una vez más, en el mundo conceptual de ideologías reaccionarias contrarias a los ideales de libertad e igualdad.
(2) La Europa democrática, basada en el supuesto universal de ciudadanía, no de pertenencia a una identidad cultural . Una Europa que permita una promoción de la concertación global que debe permitir la regulación de los flujos actualmente sin control. Y lo será por su tamaño. Porque es más defendible la independencia de los ciudadanos, que quiere decir la de dejar al ciudadano que tome las decisiones que afecten a sus vidas en lo ámbitos a los cuales afecta su vida. Lo mismo para España, por tamaño es posible defendernos como ciudadanos,.